A niño de 9 años lo raptaron hombre en moto y apareció muerto en un pozo


El menor fue encontrado muerto en un pozo de agua horas después de haber sido raptado por dos hombres en motocicleta. El municipio del Atlántico exige justicia inmediata mientras las autoridades avanzan en la investigación.

La confirmación de que Isaías de Jesús Castro Aguilar, el niño de 9 años raptado la tarde anterior, había sido hallado muerto en un pozo de agua rural, quebró al municipio entero antes de que el sol terminara de salir.

Las autoridades notificaron el hallazgo y, con ello, se disipó la frágil esperanza que la comunidad había mantenido durante la noche. Lo que ocurrió con Isaías no fue un accidente, ni un extravío: fue una tragedia que alguien planeó y ejecutó.

El rapto que encendió la alarma

Todo empezó en el parque principal de Candelaria. Isaías jugaba, como siempre, rodeado de otros niños, cuando dos hombres en motocicleta lo abordaron.
Se lo llevaron por la fuerza, frente a la mirada atónita de quienes apenas alcanzaron a gritar su nombre.

Ese instante desató la carrera contrarreloj. Familiares, vecinos y patrullas de Policía recorrieron calles, veredas, fincas y caminos destapados durante toda la noche. No hubo descanso. No hubo pausa. Cada minuto aumentaba el miedo.

“Uno siente que mientras más avanza la noche, menos posibilidades hay… pero igual uno sigue buscando”, dijo un vecino que participó en los recorridos.

La madrugada que terminó en horror
Con la claridad del día, la búsqueda se concentró en una zona rural donde un pozo de agua llamó la atención de los uniformados. Al asomarse, vieron lo que nadie quería enfrentar:

el cuerpo de Isaías estaba allí.
La escena quedó en silencio. Luego, vinieron los gritos.

Los forenses acordonaron el área para el levantamiento y el traslado del menor, mientras los investigadores trataban de reconstruir lo ocurrido: ¿cómo llegó al pozo?, ¿cuánto tiempo permaneció allí?, ¿lo asesinaron antes o después de arrojarlo?, ¿qué ruta tomaron los raptores?
Preguntas sin respuesta que hoy desgarran a una comunidad entera.

El municipio exige justicia

El alcalde, Hayder Orozco Solano, se refirió al crimen con la voz quebrada:

“Candelaria está de luto. No descansaremos hasta que se haga justicia”.

El mandatario pidió prudencia, pero sabe que la indignación está encendida. El nombre de Isaías se repite en cada esquina. La gente no solo llora: exige capturas, explicaciones, certezas.

La Policía y la Fiscalía revisan cámaras, reconstruyen trayectos, analizan testimonios y siguen huellas en caminos difíciles de transitar. Aún no hay detenidos, pero las autoridades piden información a la comunidad para cerrar el cerco contra quienes se llevaron al niño y apagaron su vida.


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