El cuerpo sin vida de la joven venezolana madre de tres hijos, fue hallado a un costado de la carretera. La conocían como «la fresa» y sus últimos momentos aún están rodeados de incertidumbre.

La madrugada del martes empezó con una imagen lamentable sobre la carretera de la Troncal del Caribe. A la altura del Sena Agropecuario, el cuerpo de una mujer fue hallado sin vida, con signos de haber sido atacada a tiros. Se trataba de Natalia, una joven venezolana de 27 años, oriunda de Maracaibo, conocida por muchos en Santa Marta como «la fresa».

Era extrovertida, de personalidad arrolladora y figura llamativa. Desde hacía varios años vivía en la ciudad, donde trabajaba en las noches.

Solía frecuentar el Parque de Los Novios, en el Centro Histórico, donde era vista casi a diario. Mostraba sin filtros su cotidianidad en redes sociales: los lugares que visitaba, las amistades que la rodeaban, la ropa que usaba.

Precisamente, horas antes de su muerte, había subido fotos y videos con el mismo atuendo con el que fue encontrada.

Según testigos, la última vez que la vieron fue cuando abordó un vehículo con un acompañante. No se sabe con certeza quién la recogió, ni bajo qué circunstancias se dio ese encuentro. Tampoco está claro por qué caminaba sola por una carretera oscura y peligrosa en plena madrugada.

La versión preliminar apunta a que fue atacada desde un vehículo en movimiento. La escena no dejó testigos clave, ni pistas visibles que permitan esclarecer quién o quiénes decidieron arrebatarle la vida. Lo que sí quedó claro es que otra mujer fue asesinada, en un contexto marcado por la violencia y la indiferencia.

Natalia deja a tres niños pequeños en Venezuela, huérfanos de madre y marcados por una tragedia que ocurrió lejos de ellos. Su historia se suma a la larga lista de mujeres víctimas de una violencia que no distingue nacionalidad, edad ni historias de vida.