El patrullero Ricardo Andrade, quien pidió su retiro por motivos emocionales y presión laboral, recibió una respuesta inesperada: la Policía Nacional rechazó su solicitud y activó una ruta de atención psicológica en su lugar. Él asegura que ya había tomado la decisión de empezar una nueva vida con su familia y proyectos personales.

A Ricardo Andrade no le aceptaron la salida. El patrullero samario, conocido por su contenido en redes sociales y su cercanía con la gente, recibió una respuesta tajante de la Policía Nacional: no lo van a dejar ir.

Su carta de renuncia, en la que alegaba motivos personales y afectaciones emocionales, fue respondida con una negativa.

En lugar de permitirle el retiro, la institución activó una ruta de acompañamiento psicológico y le comunicó que continuará vinculado.

Andrade había hecho pública su intención de dejar el uniforme.

Venía denunciando presión interna, cambios en su rol, y según él, persecución por los videos que producía, inicialmente educativos y sociales, y más recientemente, de comedia familiar.

Sus seguidores entre sus distintas plataformas, lo respaldaron con mensajes de apoyo. Pero eso no pesó en la decisión de la institución, que ahora quiere que se mantenga activo y en servicio.

“Ya tenía otros planes, quería dedicarme a mi esposa, a mis negocios. Todo estaba listo”, comentó Andrade.

Su contenido en redes había cambiado de tono, reflejando una etapa más personal. Pero ahora queda en un limbo: no puede renunciar, y tampoco se siente en condiciones de seguir.

El director de la Policía aseguró que se le brindará atención emocional especializada y que el caso se está tratando con acompañamiento profesional. Sin embargo, la decisión fue clara: no hay retiro.

El uniformado, no sabe qué camino tomar. No está dispuesto a seguir en las condiciones actuales, pero la institución tampoco le ofrece una salida inmediata. El respaldo ciudadano sigue creciendo, pero eso no cambia su realidad.

Andrade pidió irse. Le dijeron que no.