A dueño de turbo lo asesinaron por líos de droga 


Autoridades descartaron que se tratara de un atraco o por problemas con el negocio de alquiler de turbo que tenía. 

Horas después del asesinato de Johan Díaz Poveda, de 30 años, en la terraza de su casa en el barrio Garagoa, las autoridades han planteado una hipótesis que vincula el crimen con disputas relacionadas con el narcotráfico. 

A pesar de que el sicario robó sus pertenencias, los investigadores descartan el hurto como motivo principal del homicidio y señalan un posible ajuste de cuentas vinculado a problemas con drogas.

Un ajuste de cuentas anunciado

Según fuentes judiciales, Díaz Poveda habría estado involucrado en un conflicto relacionado con sustancias ilícitas, lo que habría desencadenado su asesinato. 

«Johan habría tenido un problema con una droga, y esto le costó la vida. Los pistoleros iban por él», explicó uno de los investigadores a cargo del caso.

El ataque, que ocurrió en plena tarde, dejó además a dos personas heridas: Jerson Díaz Poveda, hermano de la víctima, y Óscar Parodi, su cuñado, quienes se encontraban con él en el momento del atentado.  

Afortunadamente, ambos están fuera de peligro, pero su presencia los convirtió en testigos clave de un hecho que podría estar vinculado a tensiones dentro del narcotráfico en la región.

Vínculos peligrosos

El asesinato de Johan Díaz Poveda ha revelado posibles conexiones con estructuras del crimen organizado. 

Díaz era yerno de alias ‘Regina’, una reconocida figura dentro de las Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada (ACSN), capturada en septiembre. 

Según las autoridades, Regina abastecía de armamento y recursos logísticos a este grupo armado y tenía un papel clave en actividades de despojo de tierras en la región.

Los investigadores sostienen que estas relaciones habrían puesto a Johan en una posición de vulnerabilidad dentro de las disputas territoriales y del control del narcotráfico. 

«Su relación con Regina lo marcó dentro de este círculo, y su muerte puede ser parte de una venganza o mensaje entre bandas rivales», añadieron fuentes cercanas al caso.

Adicionalmente había trabajado como supervisor de patio en el área de contenedores en Smitco, una filial del Puerto de Santa Marta, hasta hace un año, donde era conocido con el apodo de «Pepa».

La sombra de Los Pachenca

Preliminarmente, las autoridades apuntan a que el asesinato podría haber sido ordenado por ‘Los Pachenca’, una organización criminal que mantiene pugnas por el control de rutas del narcotráfico en la región. 

Esta hipótesis se refuerza con la creciente actividad de esta banda en áreas urbanas y rurales, utilizando la violencia como método de control y represalia.


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