Con un listado de obras, el gobernador afirmó que Fuerza Ciudadana transformó a Santa Marta mientras los Díazgranados se dedicaron a saquearla.

El gobernador del Magdalena, Rafael Martínez, en un video que subió a sus redes sociales arremetió contra Eduardo Díazgranados y su familia, a quienes no dudó en calificar como «el Clan Díazgranados», señalándolos de haber convertido a Santa Marta en su «botín económico» durante décadas. 

La polémica declaración no solo despertó reacciones en redes sociales, sino que dejó claro el contraste que, según Martínez, existe entre los gobiernos tradicionales y los de Fuerza Ciudadana, liderados por Carlos Caicedo, él mismo y Virna Johnson.

Martínez comenzó su intervención sin rodeos, calificando de «arrogantes» a las élites que, según él, han gobernado Santa Marta como si fuera su herencia. 

Con ironía y una evidente indignación, afirmó que los Díazgranados no conocen la palabra vergüenza. Recordó cómo en 2012 Carlos Caicedo asumió la administración del distrito de manos de Juan Pablo Díazgranados, primo de Eduardo, y encontró una ciudad abandonada, con instituciones en ruinas y una imagen decadente.

«Los Díazgranados manejaron la ciudad como un botín. Mientras ellos desangraban las arcas públicas, nosotros transformamos la vida de los samarios», dijo el gobernador.

El listado de las obras: un contraste contundente

En su mensaje, Martínez no se limitó a los señalamientos, sino que presentó un inventario de lo que él considera los logros más importantes de los 12 años de Fuerza Ciudadana al mando de Santa Marta:

• El mercado público: “Antes, un espacio caótico; hoy, un centro digno y funcional.”
• Los escenarios deportivos: «La familia Díazgranados no se divertía en estos lugares, pero los samarios sí lo hacen ahora.»
• El aeropuerto: «Era una ‘checa’. Mírenlo hoy, gracias al cambio que promovimos.»
• La calle 30 y los malecones: «Antes, abandono; ahora, símbolos del desarrollo urbano.»
• Los parques y colegios: “De no haber parques, ahora hay casi 100. Los colegios, que estaban en ruinas, hoy son espacios para el aprendizaje y el futuro.”
• El Ziruma: “Un lugar para que los samarios troten y disfruten, algo impensable en las administraciones anteriores.”

Martínez enfatizó que estos cambios no son solo cosméticos, sino que han transformado la vida de miles de habitantes.

«Ustedes se creen de sangre azul»

Con tono jocoso, pero sin perder la crítica, el gobernador comparó a los Díazgranados con herederos de una corona ficticia. 

«Se creen de sangre azul, manejando la ciudad como si fuera su feudo. Pero nosotros les demostramos que Santa Marta no necesita una corona, sino trabajo y compromiso.»

Rafael Martínez cerró su intervención advirtiendo que, de volver al poder figuras como Eduardo Díazgranados, los avances podrían desvanecerse. 

«Ellos no saben transformar, solo destruir y saquear», concluyó, dejando en el aire una pregunta para los ciudadanos: ¿Qué Santa Marta quieren para el futuro?

Con estas declaraciones, Rafael Martínez ha dejado claro que la batalla no es solo por el poder político, sino por el relato histórico de una ciudad que ha vivido entre la crítica y el aplauso por sus transformaciones. Hasta ahora los Díazgranados han guardado silencio, al menos por ahora, frente a estas acusaciones.