“Dios, te llevaste a mi amor lindo”: el desgarrador adiós de padre de niña que murió en medio de entrenamiento de voleibol 


La menor se encontraba practicando el deporte que la apasionaba cuando se desmayó. Al ser llevada de urgencia los médicos confirmaron su deceso por una falla cardiaca. 

«Dios, te llevaste a mi amor lindo, mi bebé. Nos dejas con el corazón destrozado. No puedo ni quiero entender por qué esto a mi Rafaela hermosa…» Con estas palabras, llenas de dolor y desconcierto, Juan Carlos Sanabria expresó el sentimiento de una familia que ha quedado rota tras la repentina muerte de Rafaela Sanabria Fernández, su hija de 13 años.

El martes por la tarde, como era habitual, Rafaela asistió a su práctica de voleibol en el coliseo Mayor de Santa Marta. Pero lo que comenzó como un entrenamiento común terminó en una tragedia que nadie podía prever.

Rafaela, quien integraba un equipo de voleibol conformado por estudiantes de distintos colegios privados de la ciudad, se preparaba para las competencias que tanto la emocionaban.

Eran las 6:00 de la tarde cuando, en medio de un ejercicio, Rafaela se desplomó inesperadamente. Todos salieron a auxiliarla, en un intento desesperado por entender lo que estaba sucediendo. 

La confusión llenó el ambiente; algunos pensaron que podía tratarse de un golpe, otros que tal vez era un desmayo pasajero.

De inmediato, Rafaela fue asistida y trasladada a una clínica cercana. Sin embargo, minutos después, los médicos confirmaron lo que nadie quería escuchar: la niña había sufrido un paro cardíaco fulminante. La noticia fue devastadora.

Un mensaje que duele el alma

Desde ese momento, las palabras de su padre han resonado como un eco de dolor en toda la ciudad.

«Hoy tu mamá, tu hermana, tus abuelas, tus tíos, tías, primos, primas y todos los que disfrutamos tu presencia lloramos sin consuelo tu repentina partida. No lo creo todavía, mi amor. Cuánto quisiera que todo solo fuera un mal sueño. Te amo, mi amor lindo.»

Juan Carlos Sanabria no encontraba explicación para lo ocurrido. Rafaela, según recuerda, era una niña sana, apasionada por el deporte y sin antecedentes médicos que alertaran sobre algún peligro.

Una pasión que iluminaba su vida

Rafaela Sanabria Fernández estudiaba en el colegio Bureche y desde pequeña mostró interés por el voleibol. Sus entrenamientos eran un espacio donde no solo desarrollaba sus habilidades, sino también forjaba amistades y cultivaba sueños.

Quienes la conocieron la recuerdan como una niña alegre y dedicada, siempre con una sonrisa en el rostro y una energía que llenaba cualquier lugar al que llegaba.

Su repentina muerte dejó un vacío en su familia y en la comunidad deportiva de la ciudad. Las redes sociales se llenaron de mensajes de condolencias y solidaridad, incluso de parte de la Alcaldía de Santa Marta, que lamentó profundamente el fallecimiento de la joven deportista.

Un dolor compartido

«Estos son los hechos que duelen compartir. Falleció por un paro cardíaco a sus 13 añitos. Paz en la gloria de Dios,»expresó Solon de Luque Benjumea, familiar de Rafaela, al destacar lo frágil que puede ser la vida.

Sus compañeros, entrenadores y padres que compartieron con ella esas tardes de voleibol aún no asimilan su partida. Lo que parecía ser un día más de entrenamiento se convirtió en el escenario de una tragedia que dejó marcados a todos.

Mientras su familia intenta encontrar consuelo en el recuerdo de su sonrisa y en los momentos felices que compartieron, Santa Marta se solidariza con la pérdida de una joven que, a sus 13 años, dejó una huella imborrable en todos los que tuvieron el privilegio de conocerla.


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