Turista polaco amanece esposado y robado en El Rodadero

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Lo que parecía una velada de pasión terminó en humillación para un turista extranjero, quien amaneció en la calle tras un juego sexual que se salió de control.

El exclusivo sector de El Rodadero, en Santa Marta, se convirtió en el escenario de una situación que parece sacada de una comedia negra. Un ciudadano polaco amaneció esposado, semidesnudo y desorientado frente a la cabaña Villa Bella, cercana al edificio Ámbar Roca, sin recordar qué había sucedido la noche anterior.

El extranjero, que según testigos estaba de vacaciones, aparentemente decidió explorar las ofertas nocturnas del balneario. 

Según comentaron algunos turistas y operadores turísticos de la zona, el hombre habría contratado a una trabajadora sexual para cumplir una fantasía inspirada en películas con esposas incluidas.

“Se escuchaba ruido en la madrugada, pero nadie imaginó que terminaría así. El tipo salió esposado, con los calzones abajo, gritando en polaco y preguntándose qué hacía ahí”, relató entre risas una residente del sector que presenció el bochornoso amanecer.

El hombre, además de la humillación pública, denunció haber sido robado. Al parecer, mientras estaba en el fragor de su juego de roles, fue despojado de sus pertenencias, incluyendo dinero en efectivo, tarjetas de crédito y su teléfono móvil. 

Aún no está claro cómo terminó fuera de la cabaña en la que pensaba pasar una noche de placer, pero todo apunta a que la trabajadora sexual se retiró del lugar después de dejarlo esposado e indefenso.

El hecho fue reportado a la Policía Metropolitana de Santa Marta, que llegó al lugar para liberar al ciudadano polaco de las esposas. Sin embargo, las investigaciones avanzan lentamente, ya que el extranjero tiene dificultades para comunicarse en español, y los testigos aseguran que no hubo cámaras de seguridad que registraran el suceso.

Este insólito incidente se ha convertido en la comidilla de turistas y residentes de El Rodadero, donde se escuchan versiones que oscilan entre la burla y la compasión. 

Aunque el hecho ha dado lugar a numerosas bromas, también deja entrever un problema recurrente en los destinos turísticos: la inseguridad y el abuso que enfrentan los visitantes extranjeros en situaciones comprometedoras.

Por ahora, el protagonista de esta situación intenta superar el mal trago y recuperar lo perdido. Pero en las calles de Santa Marta, su historia ya es leyenda.