Pese a celebrar una amplia votación en la consulta de rectoría, Pablo Vera ha tenido que afrontar el descontento de su hermana, quien considera que su tiempo en la Universidad del Magdalena ya estaba cumplido y lamenta que sus aspiraciones políticas estén nuevamente truncadas.
El ingeniero Pablo Vera Salazar, quien recientemente celebró una aplastante victoria en la consulta para la rectoría de la Universidad del Magdalena, recibió este lunes el espaldarazo del Consejo Superior, confirmando así su tercer periodo al frente de esta prestigiosa institución. Sin embargo, lo que debería ser un momento de satisfacción y unidad familiar se ha convertido en una oportunidad de reflexión y cuestionamientos de su propia hermana, Norma Vera Salazar.
Norma Vera, reconocida en Santa Marta y el departamento del Magdalena por su compromiso social y liderazgo, ha sido hasta ahora una aliada y admiradora de su hermano.
No obstante, en esta ocasión, decidió hacer públicas sus reservas y tomar distancia de la decisión de Pablo de postularse para un tercer periodo.
Para ella, el camino de su hermano en la Universidad del Magdalena ya estaba completo, y era momento de enfrentar un reto de mayor envergadura fuera de la academia.
“Hasta el año pasado no se iba a lanzar. No sé por qué cambió de decisión. Los tiempos pasan y uno debe saber cuándo recoger los frutos que sembraste para que no se pudran”, manifestó Norma Vera, en una reflexión cargada de simbolismo y descontento.
Dijo que quienes fueron más felices con su decisión de aspirar a rector, fueron los actuales líderes políticos del departamento, que ven en Pablo Vera una amenaza para quedarse con el poder regional. “Ya están tranquilos porque saben que Pablo no será una competencia por lo menos durante los próximos cinco años”, argumentó.
El conflicto de las aspiraciones políticas
Detrás de esta declaración se encuentra un conflicto no solo familiar, sino también político. Norma ha señalado que la continuidad de su hermano en la rectoría le impone un obstáculo significativo para realizar sus propias aspiraciones políticas en el Magdalena, donde goza de un amplio respaldo popular.
“Por 15 años he estado bloqueada para sacar adelante un proyecto político en cualquier corporación o espacio en la ciudad o el Magdalena, donde tengo un amplio reconocimiento”, lamentó, haciendo hincapié en cómo percibe este impedimento como una consecuencia de la estructura patriarcal que aún predomina en muchos ámbitos, incluida la política.
Norma Vera asegura que aunque siempre ha tenido una relación de cercanía con Pablo y ha celebrado sus logros, este tercer periodo representa una barrera personal y profesional para ella, al prolongar su inhabilidad de presentarse como candidata local.
“El poder sigue siendo una estructura patriarcal que, incluso dentro de las familias, distribuye de manera injusta las cargas. Mientras los hombres avanzan, las mujeres debemos esperar, ceder, aceptar nuestra inhabilidad”, afirmó.
El futuro político de Norma Vera
Norma Vera ha demostrado ser una mujer de carácter y visión, enfocada en construir su propio camino en la política. Sin embargo, su camino ha sido arduo.
En sus aspiraciones al Senado, a pesar de contar con un fuerte reconocimiento local, la falta de una estructura política de apoyo robusta se convirtió en un reto insuperable.
“La única posibilidad es inscribirme por otra ciudad o departamento, pero no me parece justo porque mi reconocimiento, trabajo y corazón están en Santa Marta”, puntualizó, reafirmando su lealtad a su tierra natal.
En medio de estas dificultades, Norma cuenta con el respaldo de figuras importantes en la política colombiana, como Juan Fernando Cristo, Ministro de Interior, quien estaba dispuesto a apoyarla en su carrera política. Sin embargo, sus aspiraciones se ven nuevamente pospuestas, mientras su hermano inicia un nuevo periodo en la rectoría.
Pese a sus diferencias actuales, Norma no dejó de desearle éxito a Pablo en este nuevo ciclo: “quiero lo mejor para él, es una persona muy inteligente y donde esté lo hará bien. Espero que todo le salga bien, aunque no esté de acuerdo con el camino que tomó”.
Un vínculo familiar puesto a prueba
Pablo y Norma Vera son los únicos hermanos de padre y madre en la familia Vera, y a lo largo de los años han mostrado una relación cercana y de mutua admiración.
Norma ha sido una ferviente seguidora de los logros de su hermano, celebrando cada uno de sus triunfos, pero este nuevo capítulo ha generado una distancia inesperada y dolorosa.
El futuro de Norma Vera en la política sigue siendo incierto. Con este nuevo nombramiento, sus posibilidades a nivel local y departamental se ven limitadas, y es posible que, de persistir su deseo, deba optar por caminos alternativos fuera de su amado Magdalena.
“Lo llamé, lo felicité y lo aconsejé. Quiero lo mejor para él”, sostuvo Norma Vera, al enterarse de la designación de Pablo Vera como rector por parte del Consejo Superior.
En este contexto, mientras Pablo Vera se prepara para un tercer mandato al frente de la Universidad del Magdalena, queda la expectativa sobre cómo esta tensión familiar y política influirá en el futuro de una de las figuras femeninas más reconocidas en el Magdalena, y en cómo Norma Vera logrará superar las barreras para construir su propio camino en el escenario político.