En esta contienda por la rectoría, no solo se han buscado los votos de la comunidad universitaria, también los aplausos, las selfies, los likes, y claro, el honor de ser parte del equipo que apoye al ídolo que muchos ven como imbatible. Nada parece impuesto, por el contrario, la sensación clara es que la mayoría ya tienen definido a su rector.
Este martes la Universidad del Magdalena está que no cabe en sí misma. Los pasillos no son pasillos, son el escenario de un emocionante debate donde los colores verde y azul y las voces de apoyo hacia quien desean que se convierta el rector 2024- 2028 se cuelan hasta en las clases, y se traslada a las redes sociales entre una marea de publicaciones de videos y fotos y likes que han puesto en evidencia un claro favorito.
Aunque son cuatro candidatos en la contienda, hay uno que resuena con más fuerza que el sonido de la campana del cambio de clases de un colegio: Pablo Vera Salazar, el actual rector, quien parece estar más cerca de la tercera reelección que de un «game over».
Si uno pasea por el campus, parece que los árboles, las cafeterías, hasta los tinteros, llevan una gorra con el nombre del tío Pablo como le dicen cariñosamente los estudiantes. Y si entramos a Instagram, nos encontramos con un despliegue de apoyo que bien podría hacer que cualquier influencer muera de envidia.
Porque sí, el profesor Vera no necesita publicar, su cuenta es una vitrina de homenajes: selfies con estudiantes, videos de movimientos estudiantiles que gritan su nombre como si fuera una estrella, y hasta pancartas hechas a mano que compiten por el puesto al más creativo.
Un foro de película
El pasado viernes se armó la fiesta. Pablo Vera llegó al foro de estudiantes acompañado de una caravana que, según testigos, parecía un desfile del próximo alcalde de Santa Marta.
Música, gorras, camisetas, pancartas y hasta un par de banderas improvisadas adornaban el panorama. El ambiente estaba tan encendido que por momentos se pensó que se trataba de un evento exclusivo de Pablo Vera en su cierre de campaña. Los otros candidatos, por supuesto se vieron intimidados con el multitudinario apoyo y lo reflejaron en sus timadas intervenciones.
No obstante cada palabra de Vera fue ovacionada como si hubiera anotado el gol de la final del mundial.
Cuando el Tío Pablo hablaba, el público coreaba como en un estadio. Y en el aire se respiraba una mezcla de fervor electoral. ¿La oposición? Bueno, si uno de los otros candidatos intentaba decir algo, ni los micrófonos lo salvaban del estruendoso aplauso que seguía cada intervención de Vera.
Al final de su discurso, el rector no se contuvo y sacó el lado sentimental: “Gracias por el apoyo, tengo el corazón emocionado por tantas muestras de afecto», dijo con los ojos brillantes. «Mi carta de presentación son logros, no promesas. Les garantizo que en los próximos cuatro años tendrán un rector cercano como lo he sido hasta hoy, trabajando por la excelencia”, añadió, en medio de un mar de aplausos y gritos que sonaban más a “¡otra, otra, otra!” que a la conclusión de un foro académico.
Incluso los Arhuacos, que generalmente prefieren mantener un bajo perfil, han sacado su voz para apoyar a Vera, agradeciendo sus promesas de llevar la educación superior a su resguardo. «Nosotros también queremos rector», parecían decir, dejando claro que la emoción por Vera ha cruzado hasta las montañas de la Sierra Nevada.
Los otros que también están en la pista
Ahora, si pensabas que Vera era el único en la fiesta, te equivocas. Jean Linero Cueto, ex vicerrector, se ha montado en la contienda con una campaña a lo «David contra Goliat».
Mientras Vera tiene caravanas, Linero ha optado por el uno a uno, tratando de convencer a los estudiantes de que es hora de un cambio, como quien intenta vender seguros puerta a puerta. “Más que otra reelección, la Unimagdalena necesita una renovación”, señala en cada esquina del campus. Sin embargo, mientras Linero sueña con transformar la universidad, hay quienes dudan de si esta vez alcanzará a ser finalista. Aun así, él sigue confiado: “Tenemos una propuesta seria”, dice con el pecho inflado y la cabeza en alto, soñando con desbancar al gigante.
¿Y los otros? Pues, Rodolfo Enrique Sosa Gómez y Waldyr Fong Silva están ahí, en la carrera, pero parece que han quedado relegados a papeles secundarios. Sosa, con su lema «¡Sí se puede!», y Fong, abogando por más inversión en investigación, siguen luchando, aunque lo tienen más complicado que un estudiante en finales.
Las sospechas y las advertencias del tío Pablo
A pesar del ambiente festivo, no todo ha sido alegría. Pablo Vera, siempre atento, ha lanzado una advertencia seria: «Me he encontrado con funcionarios inducidos a proporcionar sus datos para suplantarlos en la plataforma de votación». Como en toda buena película de suspenso, el rector sugiere que alguien, en algún lugar, podría estar tramando algo turbio.
Mientras tanto, el Tribunal del Magdalena decidió admitir una demanda que cuestiona su reelección, pero la universidad ya ha dicho que la votación seguirá adelante sin problemas, como toda buena historia que no puede detenerse, pase lo que pase.
Y así, entre caravanas, aplausos, pancartas y hasta rumores de fraude, la Universidad del Magdalena se prepara para un martes que, sin duda, promete ser más emocionante que cualquier examen final. Al final del día, se sabrá si la marea de gorras, videos y fotos en redes sociales se reflejó en una contundente votación que será el primer gran paso para definir al rector de los próximo cuatro años, ni uno más ni uno menos, como lo ha dicho Pablo Vera Salazar.