A pesar de vivir con artritis reumatoidea juvenil, esta mujer ha demostrado que no existen obstáculos insuperables para alcanzar el éxito. La joven de Tenerife, Magdalena, cursa el octavo semestre de Biología en la Universidad del Magdalena y fue reconocida con una mención de honor por su destacado desempeño académico.
María Elena Escorcia, una joven de 22 años oriunda de Tenerife, Magdalena, ha logrado sobresalir no solo por su desempeño académico, sino también por su espíritu de lucha frente a las adversidades que la vida le ha presentado.
Desde pequeña ha vivido con artritis reumatoidea juvenil, una condición que afecta severamente su movilidad y la obliga a desplazarse en silla de ruedas. Sin embargo, María Elena no ha permitido que esta limitación frene sus aspiraciones de convertirse en bióloga.
Actualmente cursa el octavo semestre de Biología en la Universidad del Magdalena, y su dedicación le ha valido una mención de honor por parte de la institución.
El pasado 17 de septiembre, en el marco del Día del Biólogo, la universidad, a través de la iniciativa «Martes Incluyente», organizada por el equipo de Inclusión de la dependencia de Desarrollo Estudiantil, rindió homenaje a su esfuerzo y valentía.
Este reconocimiento no solo destacó su excelencia académica, sino también su capacidad para superar las barreras físicas que enfrenta día a día.
María Elena recuerda cómo, al principio, temía a los reptiles, criaturas con las que hoy trabaja con confianza y cuidado. Este es solo un ejemplo de cómo ha transformado sus desafíos en fortalezas, demostrando que los límites físicos no definen su potencial ni su pasión por la biología.
«Siempre supe que la educación era la llave para cambiar mi vida y la de mi familia», comenta, con la determinación de quien ha hecho frente a cada obstáculo con valentía.
Desde que salió de su pequeño pueblo para estudiar en la universidad, ha tenido claro que su discapacidad no sería un impedimento. Al contrario, su historia es una muestra de cómo la voluntad y el esfuerzo pueden superar cualquier limitación. Mientras continúa avanzando en su carrera, sigue inspirando a quienes la rodean, reafirmando que la discapacidad no define lo que una persona puede lograr.
Para María Elena, cada logro es una victoria compartida con su familia y con quienes la han apoyado en su camino.