El secuestro de una pareja Kogui en la vereda Cherua, Ciénaga, ha desatado una ola de preocupación entre las comunidades locales. Aunque la mujer fue liberada, el paradero del hombre sigue siendo desconocido.
La noche del pasado 3 de septiembre, en la zona rural de la vereda Cherua, corregimiento de Ciénaga, se vivió un episodio de violencia que ha sacudido a las comunidades indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta. Una pareja perteneciente a la etnia Kogui fue atacada por hombres armados que irrumpieron en su vivienda, llevándoselos por la fuerza.
Aunque horas después la mujer fue liberada, el paradero de su compañero sigue siendo incierto, lo que ha generado un profundo temor y preocupación entre los habitantes de la región.
Además de este violento secuestro, se reportaron amenazas directas contra dos familias productoras de café en la misma área, quienes fueron forzadas a abandonar sus tierras de manera inmediata.
Estos actos de intimidación han incrementado el miedo entre los campesinos e indígenas, quienes ven amenazada su seguridad ante la presencia de grupos armados en sus territorios.
Plataformas de Derechos Humanos exigen liberación
Organizaciones sociales, como la Plataforma de Derechos Humanos de América Latina y el Caribe (Pdhal-SN), han alzado su voz ante la gravedad de estos hechos.
Lerber Dimas, reconocido defensor de derechos humanos, expresó su indignación a través de su cuenta en la red social ‘X’, afirmando que «Desde Pdhal solicitamos una respuesta urgente. Estos hechos empañan por completo y desdibujan la búsqueda de la paz. No vamos a descansar hasta que nuestro compañero Kogui sea devuelto sano y salvo a su territorio y que ninguna familia campesina sea desplazada».
La Pdhal-SN ha instado a los grupos armados a respetar la protección especial de las comunidades indígenas y ha exigido la liberación inmediata del hombre secuestrado, garantizando su integridad y bienestar.
Además, señalaron que este secuestro es un golpe a los avances hacia la paz en la región, recordando que el Ejército Gaitanista de Colombia (EGC) y las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (ACSN) habían acordado un cese bilateral de hostilidades, pacto que ahora se ve gravemente comprometido.
«El compromiso con la paz requiere ser genuino y concreto», señalaron desde la organización, reiterando su demanda de una respuesta rápida y efectiva por parte de las autoridades para asegurar la seguridad y el respeto de los derechos de los pueblos indígenas y campesinos en la Sierra Nevada.
Las comunidades locales, mientras tanto, continúan viviendo en la incertidumbre y el temor ante la posibilidad de más ataques y desplazamientos forzados.