Por disputa de herencia, hijos ordenan exhumación de cuerpo de empresario para pruebas de ADN

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El resultado de la prueba que se le practique al cuerpo extenderá la disputa por las propiedades y dinero del fallecido.

A solo dos años del fallecimiento del empresario Marco Aurelio Olarte Ortiz, su familia se encuentra envuelta en una amarga disputa por la herencia.

Los herederos han ordenado la exhumación del cuerpo del empresario para realizar pruebas de ADN que determinen quiénes son biológicamente compatibles con él, una decisión que ha generado una profunda controversia entre los miembros de la familia.

Marta Olarte Coronado, hija adoptiva del fallecido empresario, ha hecho pública la difícil situación que atraviesa.

En un video difundido en redes sociales, Marta expresó su dolor y frustración ante la decisión de su hermana Munira Olarte Morales y los demás hermanos de proceder con la exhumación del cuerpo de su padre.

Según Marta, la medida busca confirmar la paternidad de su hermana menor y, potencialmente, excluirla a ella de la considerable herencia que dejó su padre.

«Hasta dónde llega la sed de personas perversas, con un corazón negro; solo puedo decir que, con el dolor de mi alma, aquí voy llena de fortaleza, porque entre otras cosas me toca estar presente», manifestó Marta, visiblemente afectada por la situación.

A pesar del dolor, Marta asegura que enfrentará con fortaleza el proceso legal y familiar que se avecina.

Marta también relató su cercana relación con Marco Aurelio Olarte Ortiz, quien la adoptó cuando tenía solo dos meses de edad.

“Mi papá venía de otros hogares y otros hijos; él me registró en una notaría con sus apellidos”, explicó.

En su testimonio, Marta recordó los momentos felices que compartió con su padre y agradeció el amor y dedicación que él le brindó.

«Le voy a estar agradecida por el resto de mi vida por su amor, por su dedicación; por sus pechiches, como él me decía, su chiquitica”, añadió con nostalgia.

Según Marta, sus padres, quienes estuvieron juntos durante 52 años, intentaron tener un hijo biológico sin éxito, y finalmente decidieron adoptarla.

Ella destaca que la relación con su padre fue siempre muy cercana y afectuosa, a pesar de los problemas que ahora enfrenta con sus hermanos por la herencia.

La exhumación y las pruebas de ADN exponen la tensión que existe dentro de la familia Olarte. Mientras algunos miembros parecen dispuestos a todo por obtener una mayor parte de la herencia, Marta se siente obligada a defender sus derechos legales y su memoria afectiva, enfrentando, según ella, una lucha que va más allá de los bienes materiales.

«Lo más chistoso es que los ves en redes sociales colocando fotos, fuiste el mejor, el legado familiar, la unión, la transparencia, y tantas cosas que no aplican», concluyó Marta, cuestionando la sinceridad de sus hermanos y el verdadero motivo detrás de sus acciones.

La situación ha despertado interés público y generado un debate sobre los derechos de los hijos adoptivos y el impacto emocional que conlleva este tipo de disputas familiares.

El desenlace del conflicto podría sentar un precedente en casos similares y definir los derechos de herencia en familias con hijos adoptivos.