Los vecinos cansados de los robos han decidido contratar su propia seguridad para blindarse de los atracadores.
La preocupación por la inseguridad en Santa Marta ha alcanzado niveles alarmantes, según lo refleja un documento recientemente compartido por el concejal Miguel Martínez Olano en su cuenta de ‘X’.
La fotografía del documento revela las medidas que varios barrios de la ciudad han comenzado a implementar para protegerse de una ola de atracos, robos de vehículos y asesinatos que ha perturbado la tranquilidad de los habitantes.
Los recientes actos delincuenciales han generado un clima de zozobra en la capital del Magdalena.
Los ciudadanos han comenzado a organizarse para enfrentar la situación, estableciendo sistemas de vigilancia comunitaria con el fin de salvaguardar sus hogares y negocios. Sin embargo, esta respuesta, que surge como una iniciativa desesperada de protección, también ha desatado un debate en las redes sociales sobre la responsabilidad que deberían asumir las autoridades locales en materia de seguridad.
Algunos internautas han manifestado que la vigilancia y la seguridad son funciones exclusivas del gobierno municipal y de la Policía Metropolitana.
Ante la falta de acciones contundentes por parte de las autoridades, otros ciudadanos han solicitado a la administración actual, así como al coronel Jorge Andrés Bernal Granada, un plan más eficiente y robusto para enfrentar la delincuencia que azota la ciudad.
Los habitantes esperan una respuesta clara y acciones concretas que permitan restablecer la tranquilidad en sus comunidades.
Mientras tanto, los barrios continúan organizándose de manera autónoma, utilizando redes sociales y grupos de mensajería instantánea para alertar sobre cualquier actividad sospechosa y coordinar acciones de vigilancia nocturna.
«No podemos esperar más; tenemos que cuidar lo nuestro», expresó Carmen Rodríguez, residente del barrio El Pando, una de las zonas más afectadas por la inseguridad. «Estamos haciendo lo que podemos, pero necesitamos que la Policía actúe con más firmeza».
La situación en Santa Marta es crítica y pone en evidencia la necesidad urgente de una estrategia de seguridad que involucre a todas las fuerzas vivas de la ciudad, desde la administración local hasta las autoridades policiales, para garantizar la protección de sus ciudadanos y devolver la paz a las calles.
