La máquina en la que se desplazaron se varó y provocó una atención tardía a la emergencia. En el interior de la institución, denuncian falta de herramientas y equipos para operar en Santa Marta.
La tragedia golpeó al barrio La Esperanza en Santa Marta con la muerte de los hermanos Carlos Alberto y Luis Albeiro Parra en un incendio que consumió su vivienda.
La comunidad local expresa su indignación, argumentando que la tragedia podría haberse evitado si los organismos de rescate hubieran actuado con mayor rapidez y eficiencia.
El siniestro ocurrió a solo unas cuadras de la estación de Bomberos, y los vecinos aseguran que el aviso se dio con tiempo suficiente para que la emergencia fuera atendida de manera oportuna. Sin embargo, la respuesta no fue la esperada.
Aunque los bomberos acudieron al llamado, los residentes critican la falta de recursos adecuados para controlar el fuego y rescatar a los moradores de la casa que se quemó.
Una vecina, que prefirió mantenerse en el anonimato, señaló que la máquina utilizada para apagar las llamas tuvo problemas para arrancar, lo que provocó un retraso crucial.
«Literalmente, el vehículo viejo en el que se movilizaban se les varó y les impidió llegar a tiempo», comentó la residente, destacando que la ineficacia en la respuesta permitió que las llamas consumieran completamente la vivienda, atrapando a los hermanos Parra.
Denuncias al interior del cuerpo de Bomberos
Una fuente interna de la institución reveló a RCN Radio que los bomberos de Santa Marta operan bajo condiciones precarias, con falta de inversión en uniformes, herramientas y vehículos.
«Si hablamos de las máquinas operativas, solo hay dos; una que se daña a cada rato, que es un camión Chevrolet modelo 80, con más de 35 años de servicio y obsoleto para la labor bomberil, y otra que no da abasto para toda Santa Marta», explicó la fuente. Además, mencionó que los bomberos deben rotarse los equipos debido a su escasez.
Las condiciones laborales también son motivo de preocupación. El denunciante indicó que a los trabajadores de la planta se les demora entre dos y tres meses en pagarles, y durante sus días de descanso, se les envía a actividades sin compensación, aduciendo que son horas de voluntariado.
«Por ejemplo, en la Fiesta del Mar, la alcaldía pagó a la entidad por su servicio, pero en lugar de retribuir algo a los trabajadores o contratar voluntarios locales, trajeron a otros de municipios cercanos», agregó.
La situación financiera de la institución también ha sido cuestionada. En los últimos cuatro años, la alcaldía de Santa Marta giró 19.936 millones de pesos por concepto de la sobretasa bomberil, un 8% del impuesto de industria y comercio.
Adicionalmente, los bomberos reciben ingresos por inspecciones, eventos y certificados de seguridad humana en establecimientos comerciales, así como convenios de prestación de servicios en playas y el Parque Tayrona.
A pesar de estos ingresos, los equipos y trajes para apagar incendios son inadecuados, y se registran muchas otras fallas, lo que ha llevado a cuestionar la gestión de los fondos.
«Esto es una empresa familiar, un monopolio. Solo con decirte que la jefa administrativa y financiera es la mujer del comandante. No sabemos en qué se va todo ese dinero», concluyó el denunciante.