Las comunidades de los corregimientos y veredas de la Troncal han dejado claro que seguirán en protesta a la espera de una respuesta del Presidente a su petición de paz.
La Troncal del Caribe se encuentra paralizada por un paro indefinido encabezado por comunidades y grupos étnicos que demandan una respuesta del Gobierno Nacional ante su llamado a un acuerdo de paz.
Este bloqueo pacífico, iniciado este miércoles, se extiende desde la entrada del Parque Tayrona hasta el corregimiento de Guachaca, reflejando el cansancio y la desesperación de los habitantes locales frente a la violencia y la inseguridad que azotan la región.
La acción de protesta fue anunciada mediante un comunicado que advertía sobre un bloqueo inicial de 48 horas en la Troncal del Caribe. El objetivo es captar la atención del gobierno para que intervenga en el conflicto que afecta a Santa Marta y la Sierra Nevada, donde están en confrontación diferentes grupos armados y fuerzas del orden público, como la policía y el ejército nacional.
Líderes sociales y voceros de las comunidades, quienes han convocado a los grupos étnicos del macizo montañoso, manifiestan su desesperación ante el derramamiento de sangre y la inseguridad constante derivada de estos enfrentamientos.
Han dejado claro que el paro no se levantará hasta que el Gobierno Nacional, a través del Comisionado de Paz, brinde una respuesta concreta a sus demandas.
«Inicialmente son 48 horas, pero así como va pasando el tiempo y no tenemos el pronunciamiento del señor presidente, aquí vamos a permanecer durante el tiempo que sea posible, tiempo indefinido,» afirmó Alex Pinzón, líder social de la Troncal del Caribe y coorganizador del paro.
A pesar de la magnitud del bloqueo, el primer día de paro ha transcurrido de manera pacífica, sin reportes de disturbios ni desórdenes públicos.
Las autoridades distritales y el ejército permanecen en puestos de control para monitorear la situación, asegurando que el orden se mantenga durante esta protesta.
El paro en la Troncal del Caribe representa una medida desesperada de comunidades que buscan poner fin a la violencia y lograr un acuerdo de paz que garantice la seguridad y la tranquilidad en la región.
La expectativa ahora recae en la respuesta del Gobierno Nacional y su disposición a dialogar con las comunidades afectadas.
