Lo cogieron robando en La Ciudadela y terminó pidiendo a gritos que llamaran a su mamá


El presunto ladrón, reducido por la Policía en plena vía pública, imploró desesperadamente por su madre mientras vecinos le gritaban que pensara en ella antes de robar. El video ya es viral en Santa Marta.

En La Ciudadela, donde el cansancio por la delincuencia ya se siente en varias esquinas, la noche del miércoles dejó una escena que desató burlas y reproches. Un hombre, señalado de cometer un hurto, terminó reducido por dos uniformados en plena vía concurrida. Hasta ahí, un episodio más en la rutina de capturas que se repite a diario. Pero lo que ocurrió después lo volvió viral.

Cuando los policías le torcieron los brazos para ponerle las esposas y subirlo a la patrulla, el detenido, un hombre aún sin identificar, estalló en un grito que sorprendió a todos:

—¡Llamen a mi mamá! ¡Llamen a mi mamá! —repetía desesperado.

El forcejeo quedó grabado por varios celulares. A su alrededor, la reacción fue inmediata. Vecinos y peatones, que primero se habían acercado para ver qué ocurría, terminaron diciéndole lo que muchos sienten cuando el miedo y la rabia se mezclan con la impotencia.

—¡Ahora sí te duele la mamá!
—¡Pensá en ella antes de salir a robar!
—¡La pobre sin saber lo que hace su hijo!

La buya creció. Algunos grababan, otros insultaban, otros solo observaban en silencio, quizá preguntándose qué sentiría esa mujer —la mamá invocada entre gritos— si viera a su hijo así, reducido en el pavimento, convertido en un espectáculo viral.

La Policía tardó apenas unos minutos más en controlarlo. Lo montaron a la patrulla mientras todavía forcejeaba y repetía la súplica que ya había pasado de angustia a resignación:

—¡Mi mamá… llamen a mi mamá!

Hasta ahora, no se han revelado detalles del hurto que habría originado la intervención.

Lo cierto es que, mientras el hombre era llevado a un CAI, muchos en La Ciudadela seguían comentando la escena. No era la primera captura del mes, ni será la última, pero sí dejó una imagen que se quedó en el barrio: la súplica desgarrada de un ladrón pidiendo a gritos a la única persona que, irónicamente, más daño pudo haberle causado su acto.


¿Quieres pautar

con nosotros?