Con apoyo de la Policía, el ICBF, Bomberos y el Ejército, el Distrito activó controles, operativos y una prohibición de comercialización para evitar que la pólvora vuelva a arruinar las fiestas en la ciudad.

La Navidad en Santa Marta siempre ha sido alegría, música en los barrios y niños desvelados esperando ver las calles encendidas. Pero también, año tras año, ha sido escenario de escenas que nadie quiere repetir: niños, jóvenes y adultos quemados y familias que pasan de la fiesta al hospital en minutos por un artefacto que jamás debió estar en sus manos.

Por esa razón, este martes, en el marco de la jornada “La Quinta despierta”, la Alcaldía Distrital lanzó la campaña “Santa Marta brilla sin pólvora”, una estrategia con la que el gobierno del alcalde Carlos Pinedo Cuello busca cortar de raíz el abuso y la manipulación de pólvora durante la temporada decembrina.

El mensaje fue claro: las celebraciones no pueden volver a teñirse de dolor.

Un trabajo en equipo para evitar víctimas

El secretario de Seguridad, Carlos Bernal, fue el encargado de ponerle voz a la alerta. Explicó que este año se activará un trabajo interinstitucional que abarcará todos los sectores de la ciudad, desde los barrios del sur hasta los corredores turísticos, para evitar que un solo samario termine afectado por pólvora.

La estrategia involucra a la Alcaldía, la Policía Metropolitana, el ICBF, el Cuerpo de Bomberos, el Ejército Nacional y diferentes dependencias del Distrito. No se trata solo de campañas pedagógicas: vienen operativos fuertes, controles a ventas ilegales y una prohibición que busca retirar la pólvora de las manos equivocadas antes de que cause daños irreparables.

“Esta es una articulación para proteger a niños, adultos y también a la fauna silvestre”, explicó Bernal.
El mensaje, aunque repetido cada diciembre, lleva el peso de las cifras que aún duelen: quemaduras evitables, emergencias por imprudencia y familias marcadas por una celebración que salió mal.

La apuesta del Distrito: proteger, no prohibir por prohibir

El alcalde Carlos Pinedo Cuello ha insistido en que la prioridad es preservar la vida y la integridad de los samarios. Su administración sabe que diciembre mueve emociones, que la pólvora se volvió costumbre en muchos barrios y que revertir esa cultura requiere más que un decreto.

Por eso la campaña no se queda en anuncios: busca que la gente entienda el riesgo real. Que la ciudad entera asuma que evitar un quemado no es tarea del gobierno, sino responsabilidad colectiva. Los operativos irán hasta los puntos más informales, los controles serán constantes, y el mensaje será repetido una y otra vez: celebrar no puede implicar perder una mano, un ojo o una vida.

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La ciudad está lista para vivir una temporada intensa, llena de turistas, eventos y movimiento. Y justamente por eso el llamado es urgente. Santa Marta quiere brillar, pero sin pólvora. Quiere fiesta, pero sin tragedias. Quiere calles iluminadas, no salas de urgencias llenas.