En una reunión en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos afirmó que no solo Venezuela está bajo el radar de sus operaciones militares antidroga, sino cualquier país —incluida Colombia— que produzca o facilite el tráfico de cocaína hacia ese país. Sus palabras reactivan el riesgo de un choque diplomático justo cuando Washington anuncia una fase agresiva contra los carteles.

Sin rodeos y ante su propio gabinete, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó una declaración que encendió alarmas en Bogotá. Dijo que Colombia podría ser objetivo de acciones militares dentro de su nueva estrategia para “acabar” fábricas y rutas de cocaína que —según él— alimentan el mercado estadounidense.

El comentario surgió cuando fue consultado por la fase terrestre de operaciones antidroga, una etapa que aseguró empezaría “muy pronto”. En ese contexto, Trump mencionó directamente a Colombia y lo hizo con un mensaje que dejó al país en una posición incómoda:

“He oído que Colombia produce cocaína. Tienen plantas de fabricación de cocaína. Y luego nos venden su cocaína. Los apreciamos mucho. Pero cualquiera que haga eso y la venda a nuestro país está expuesto a ataques.”

“Me sentiría honrado de acabar con esas fábricas”

Trump matizó diciendo que no significa que vaya a ordenar un ataque inmediato. Pero la frase que remató su intervención aumentó la tensión: se sentiría “honrado” de destruir esas supuestas instalaciones en Colombia.

El comentario no solo desató preocupación por la ligereza con que aborda la posibilidad de una intervención armada, sino porque amplía el alcance de la operación militar más allá de Venezuela, país en el que inicialmente había centrado su ofensiva.

No es la primera vez que apunta a Colombia

La advertencia del mandatario no es un exabrupto aislado.

Trump ya había amenazado públicamente al presidente Gustavo Petro, asegurando que si Colombia no cerraba “los campos de la muerte”, Estados Unidos lo haría por su cuenta.

Ahora, va un paso más allá: además de reiterar su disposición de destruir “fábricas de cocaína”, menciona de forma más directa la posibilidad de actuar “en terreno”.

Estos mensajes, que él insiste en llamar estratégicos, dejan abierta la puerta a interpretaciones peligrosas. Para sectores diplomáticos y de seguridad en Colombia, este tono podría crear un ambiente de hostilidad justo cuando Washington anuncia que sus operaciones terrestres contra carteles entrarían en una fase más agresiva.

Un escenario que inquieta a la región

El mensaje de Trump no solo sacude a Colombia, sino a toda la región. Su afirmación de que “cualquier país” involucrado en la producción o envío de droga hacia Estados Unidos puede ser intervenido eleva la tensión geopolítica y pone en entredicho el futuro de la cooperación bilateral antidrogas.

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Mientras tanto, el gobierno colombiano guarda expectación sobre si la advertencia queda como un gesto político más del expresidente estadounidense… o si marca el inicio de un periodo diplomático más turbulento.