
Lo sacaron por la puerta de atrás: Miguel Uribe niega adhesión a De La Espriella y exige rectificación al uribismo
El dirigente asegura que sigue en la contienda interna, exige rectificación del uribismo y denuncia que lo sacaron sin su consentimiento. Sin embargo, todo indica que el partido no le dará aval y que su camino terminará junto a Abelardo de la Espriella.
Miguel Uribe Londoño dice que no renunció a nada, pero el Centro Democrático ya lo dejó por fuera. La expulsión del dirigente, quien aparecía liderando encuestas internas y perfilándose como uno de los favoritos, desató un terremoto político dentro del partido fundado por Álvaro Uribe. El aspirante asegura que lo sacaron sin consultarlo y exige una rectificación inmediata.
El estallido se produjo luego de que circularan versiones según las cuales Miguel Uribe había abandonado la puja presidencial. Él respondió con un mensaje categórico: “No renuncio ni me renuncian”. Visiblemente molesto, afirmó que nadie puede afirmar —ni dentro ni fuera del partido— que haya dejado la contienda.
Uribe Londoño aceptó haber conversado con distintos sectores políticos para construir alianzas y explorar escenarios de unidad, pero aclaró que eso no significaba que estuviera desistiendo de su candidatura. Para él, todo fue una mala información “convertida en verdad” para excluirlo del proceso. Y no la piensa dejar pasar.
Exigió al partido que rectifique, que aclare, que lo reintegre públicamente al proceso interno del que asegura seguir haciendo parte. Pero en la cúpula del uribismo el mensaje parece otro: no habrá aval para él. La decisión sería definitiva, incluso si no se ha formalizado públicamente.
Mientras Miguel Uribe pelea por mantenerse dentro, en los pasillos políticos la lectura es distinta: su salida abre el camino para que termine adherido a Abelardo de la Espriella, quien avanza con fuerza en sectores conservadores y busca consolidar apoyos externos ante un escenario de fragmentación en la derecha.
La expulsión del dirigente, que hace apenas semanas figuraba como uno de los nombres más competitivos dentro del CD, desató especulaciones sobre las razones reales del portazo. Muchos hablan de fracturas internas, otros de cálculos electorales y algunos de presiones externas. Lo cierto es que fue sacado por la puerta de atrás, sin aviso previo, y contra su voluntad.
El Centro Democrático entra así en una nueva etapa de tensión interna, mientras Miguel Uribe insiste en que la decisión fue injusta, precipitada y basada en información falsa. Afuera o adentro, su nombre sigue sacudiendo la campaña. Y su futuro político, lejos de apagarse, parece empujar una reconfiguración en la derecha que apenas comienza.
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