
Familia levantó el cadáver y lo llevó en moto: la escena que volvió a repetirse en Fundación
La víctima fue baleada en el barrio Aeropuerto y, ante la demora de las autoridades, sus familiares decidieron cargar el cuerpo y trasladarlo ellos mismos a la morgue.
En Fundación, la escena se repitió con una crudeza que genera conmoción. Un joven, conocido en el sector como ‘Tricolor’ e identificado preliminarmente como Luis, fue asesinado a tiros en la transversal 30 del barrio Aeropuerto. Pero lo que más estremeció no fue solo el crimen, sino lo que vino después: la familia, desesperada por la demora en la llegada de las autoridades, levantó el cuerpo y se lo llevó en una motocicleta.
A los parientes no les importó el protocolo, la inspección técnica ni los llamados a no intervenir la escena del crimen. Les dolía más ver a su ser querido tirado en el pavimento, irreconocible entre la sangre, las balas y decenas de curiosos que miraban desde lejos. Lo levantaron entre llantos, lo cargaron con las manos que horas antes lo abrazaron y lo sacaron del lugar antes de que llegara la Policía.
Para ellos, el cuerpo no podía seguir expuesto ni un minuto más bajo el sol inclemente, convertido en espectáculo de calle. “No vamos a dejarlo ahí tirado como si fuera cualquiera”, gritó un hermano, según testigos. Habían compartido con él horas antes, habían hablado, bromeado y hecho planes para diciembre. Verlo así, abandonado en plena vía, les resultó insoportable.
Así fue el crimen
Según versiones iniciales, ‘Tricolor’ se movilizaba en su moto cuando un sicario le disparó varias veces desde otro vehículo. El atacante escapó sin dejar rastro. Cuando los uniformados llegaron al punto señalado, ya no había cadáver. Su familia se lo había llevado.
El mensaje quedó claro: para muchas familias del Magdalena, el protocolo forense se siente lejano, y la presencia institucional llega tarde o simplemente no llega.
Las autoridades han insistido en Fundación y Pivijay que nadie debe intervenir la escena del crimen. Pero en la práctica, ese llamado se pierde frente al dolor y la impotencia. En estos dos municipios del departamento, este tipo de episodios se están volviendo frecuentes: familiares que prefieren levantar a sus muertos antes de esperar a los peritos, temiendo que la escena se convierta en un espectáculo o que las investigaciones nunca avancen.
La familia de ‘Tricolor’ lo tiene claro: lo que venga ahora —si fue ajuste de cuentas, si hubo problema personal, si algún día se sabrá quién lo ordenó o quién haló el gatillo— es lo de menos. Lo único que les importa es despedirlo con dignidad, porque sienten que en la calle, tirado frente a todos, ya le habían arrebatado hasta eso.
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