El exgobernador del Magdalena y precandidato presidencial, respondió con dureza al presidente Gustavo Petro, quien afirmó que no podía apoyarlo porque “divide a la izquierda” desde el Magdalena y dejó entrever que tendría vínculos con mafias del departamento. Caicedo lo acusó de abandonar al territorio.

La pelea entre Carlos Caicedo y el presidente Gustavo Petro estalló. Atrás quedaron las especulaciones y comentarios de pasillos. Las diferencias y distancia entre el mandatario nacional y el líder de Fuerza Ciudadana ya quedaron claras con los ataques de lado y lado.

“El que pelea y reconoce su participación abierta en política es el presidente”, así respondió Carlos Caicedo desde Bogotá, horas después de que Gustavo Petro afirmara públicamente que no podía apoyarlo porque, según él, el líder de Fuerza Ciudadana divide a la izquierda desde el Magdalena.

El presidente incluso dejó entrever que Caicedo tendría relaciones con mafias que operan en el departamento, una insinuación que provocó de inmediato la reacción del exgobernador.

Seguido a lo dicho en el encuentro de ministros, Petro publicó un post en X —antiguamente Twitter— en el que aseguró que el “sectarismo” del caicedismo impidió unificar listas al Congreso y costó al menos cuatro curules, decisivas para reformas que se hundieron por uno o dos votos.

A pesar de que Caicedo insiste que ha apoyado las reformas porque “son beneficiosas para el país”.
Petro manifestó que con esta posición de Fuerza Ciudadana “se hizo un gran daño”. De esta manera dejó claro que para él Caicedo es responsable de fracturar al progresismo.

Anteriormente, en el encuentro de ministros fue claro en decir que no respaldaría políticamente a Caicedo por considerar que sus acciones, alianzas y decisiones “dividen el proyecto de cambio” y lo acercan a estructuras que él asocia con la criminalidad del Magdalena.

La respuesta de Carlos Caicedo

La réplica de Caicedo no se hizo esperar ni buscó diplomacia.

Le recordó el líder de Fuerza Ciudadana que lo respaldó en la campaña presidencial, y que aunque le prometió el Ministerio de Educación, nunca cumplió su palabra.

Sobre el actuar del presidente, aseguró que “Petro ha sido secuestrado por una cúpula de personas de derecha como Benedetti y Roy Barreras, que no representan la lucha social ni la izquierda”.

Según Caicedo, el presidente se ha rodeado de quienes —según él— han sido cercanos a los mismos sectores que lo han perseguido judicialmente.

Cero obras en Magdalena

De otro lado arremetió contra la falta de apoyo del Gobierno Nacional al Magdalena: “El presidente no ha hecho una sola obra importante en el departamento. Todo lo hemos hecho con recursos propios. Que muestre una sola obra de impacto”, exigió, recordando que, pese a ese abandono, Fuerza Ciudadana había sido fiel.

“No vamos a respaldar decisiones equivocadas que llevaron a que fuera derrotado por el pueblo del Magdalena”, sostuvo Caicedo dejando claro que el candidato apoyado por Petro —como él mismo lo reconoció— fue Rafael Noya, quien según él hizo acuerdos incluso con la derecha de Álvaro Uribe, que es su principal opositor.

Aprovechó Carlos Caicedo sus micrófonos para lanzar una propuesta: “proponemos un Frente Unido, distinto al Frente Amplio”, anunció, planteando un espacio alterno para la izquierda, independiente del Gobierno y con una línea diferente al petrismo.

La idea, para algunos, es el inicio de un reagrupamiento progresista por fuera del liderazgo de Petro; para otros, una declaración abierta de competencia por el control de la izquierda nacional.

Y, por si faltara pólvora, Caicedo habló de un nuevo fenómeno político:

“Parece estar surgiendo un ‘petrouribismo’, donde se juntan quienes lo persiguen a él para derrotar a Fuerza Ciudadana. Todos contra nosotros”, dijo, dejando claro que su movimiento no se someterá a las decisiones del Gobierno.

Lo que está claro es que lo que antes era un cruce de declaraciones aisladas hoy es una fractura total.

Por un lado, Petro asegurando que Caicedo divide, resta y se acerca a fuerzas oscuras del Magdalena.

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Del otro, Caicedo acusando abandono, señalando cerco político y proponiendo un movimiento alternativo para la izquierda.

La disputa dejó de ser ideológica. Es una lucha de poder dentro del progresismo colombiano. Y apenas comienza.