
Conductor de bus iba entretenido en el celular y mató a una joven ingeniera que iba en una moto
La muerte de Alison Marín, una profesional de 23 años, quedó rodeada de indignación tras la versión preliminar de que el conductor del bus que la arrolló manipulaba el celular al momento del choque. Las autoridades investigan si la tragedia pudo evitarse.
Alison Marín, recién graduada de ingeniería y con solo 23 años, salió temprano a la Autopista Sur de Medellín sin imaginar que ese trayecto rutinario sería su final. Manejaba su motocicleta rumbo a sus actividades diarias cuando, al pasar frente a la Central Mayorista de Medellín, un bus la embistió con tal fuerza que no tuvo tiempo de reaccionar.
Su vida se apagó en segundos, ante la mirada atónita de quienes circulaban por la vía.
Los equipos de emergencia llegaron rápido, pero para Alison ya no había nada qué hacer. Lo que para el resto de la ciudad fue una mañana cualquiera, para su familia —oriunda de Convención, Norte de Santander— se convirtió en un dolor incomparable.
Testigos aseguraron que el conductor del bus iba distraído mirando el celular cuando ocurrió el choque. No frenó a tiempo. No vio a la motociclista. No alcanzó a evitar la tragedia. Ese detalle, hoy bajo confirmación, ha despertado indignación y rabia entre quienes conocieron a la joven y entre quienes, sin conocerla, reconocen que el acto sería una imprudencia imperdonable.
Las autoridades comenzaron la reconstrucción técnica del accidente: revisión de cámaras, análisis de marcas de frenado, levantamiento de testimonios y rastreo de videos externos que permitan precisar cada segundo previo al impacto.
La familia de Alison también ha iniciado una campaña para que cualquier ciudadano que tenga información o grabaciones se acerque a las autoridades. Lo único que piden es claridad. Saber si la muerte de su hija, hermana y amiga fue consecuencia de una negligencia que pudo evitarse.
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Mientras avanza la investigación, queda flotando una verdad incómoda: un instante de distracción puede destruir una vida. Alison apenas empezaba a construir la suya. Tenía un título profesional recién obtenido, proyectos por cumplir y un futuro abierto que la esperaba. Pero la decisión de otro —mirar el camino o mirar una pantalla— terminó definiendo su destino.
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