Tras obtener 15.766 votos y ver hundidos sus reclamos ante la comisión escrutadora, el ex concejal y candidato a la gobernación anunció que se retira de la política, cansado —dice— de pelear solo contra un sistema que considera corrupto e impenetrable.

Miguel ‘El Mono’ Martínez salió de estas elecciones atípicas con un dato claro: 15.766 votos que, según él, no alcanzan en un departamento donde “hacer las cosas bien no sirve para llegar al poder”.

Lo dijo sin rodeos ni temor a arrepentimientos como siempre se ha caracterizado, visiblemente frustrado después de que sus reclamaciones por una supuesta inhabilidad de Margarita Guerra y Rafael Noya fueran desestimadas por la comisión escrutadora.

“En Santa Marta y el Magdalena es imposible acceder a un cargo haciendo las cosas bien y con transparencia”, soltó, dejando ver que la derrota pesó más por lo que representa que por el resultado numérico.

Un adiós sin fecha de regreso

Martínez anunció que se retira de la política. No especificó si por meses, años o definitivamente, simplemente dijo que necesita alejarse y volver a ejercer como abogado, porque —contó— la campaña lo dejó “físicamente desgastado y con una deuda de cinco millones de pesos”.

Aseguró que su proyecto fue austero, que no pagó un solo peso por apoyo político, y que ese idealismo terminó pasándole factura.

“Mi mamá sabía que no iba a ganar, mi familia sabía que no iba a ganar. Yo sabía en el fondo que era imposible vencer a estos bandidos sin aliarse con otros corruptos”, dijo sin disimular frustración.

“Renuncié al Concejo porque allá todo es robar”

El Mono insistió en que no se arrepiente de haber dejado su curul en el Concejo. Para él, ese espacio tampoco permitía construir nada sano. “Era imposible expresar mis ideas, hacer control público y tener estabilidad sin robar o aceptar contratos públicos. Eso es lo que hacen todos los concejales”, aseguró.

Ese tono irreverente y confrontacional, que durante años lo puso en la mira de políticos de todos los bandos, estuvo intacto incluso al anunciar su despedida.

Agotado de denunciar sin resultados

Martínez aseguró que está cansado de señalar irregularidades sin que pase nada. “Estoy agotado de mostrar lo que está mal. La gente exige mucho pero apoya poco”, expresó.

Dijo que, desde hoy, será “un ciudadano normal”, sin ganas de seguir hablando de Carlos Caicedo ni de Carlos Pinedo, dos figuras con las que se cruzó en disputas públicas constantes.

Sobre una eventual aspiración al Congreso el próximo año, descartó cualquier plan: “Al menos en estos momentos no quiero saber nada de política”.

El fin de un personaje incómodo

Antes de despedirse, agradeció a quienes lo apoyaron “de corazón”. Aseguró que su salida no es producto del impulso del momento, sino una decisión que ya venía madurando.

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“Es hora de descansar y dedicarme a mi familia”, afirmó.

Si su retiro se concreta, Santa Marta y el Magdalena perderían a uno de los personajes más incómodos y ruidosos de la política local. Un actor que, con su estilo frontal y polémico, logró incomodar a líderes de todas las corrientes. Un hombre que construyó su capital político desde la denuncia, la confrontación y la irreverencia… y que hoy admite que, en esta tierra, jugar limpio no alcanza para ganar.