
Samuel agonizó de clínica en clínica: nadie lo atendió y llegó sin vida a La Milagrosa
Una madre denuncia que su hijo de 11 años recorrió cuatro centros asistenciales sin recibir atención oportuna. Llegó sin signos vitales a la Clínica La Milagrosa. Señala negligencia y abandono.
La escena ocurrió a las afueras de la Clínica La Milagrosa, en plena noche del lunes. Bajo la luz blanca del centro asistencial, una madre se desplomaba en el andén. Gritaba, lloraba, buscaba aire. Acababa de escuchar lo que ningún padre está preparado para oír: su hijo Samuel, de 11 años, había muerto.
Pero su llanto no era solo de dolor. Había rabia. Había impotencia. Había una pregunta que repetía una y otra vez, casi sin voz:
—Si lo hubieran visto a tiempo, mi hijo estaría vivo… ¿por qué nadie lo atendió?
Según su relato, la tragedia comenzó horas antes, cuando Samuel presentó un fuerte dolor abdominal, fiebre y vómito. Ella lo tomó en brazos y lo llevó al puesto de salud del barrio María Eugenia buscando atención inmediata. Ahí empezó el vía crucis.
El niño empeoraba, se retorcía por el dolor, pero en ese primer centro, asegura la madre, no recibió una valoración oportuna. De allí lo enviaron al hospital Julio Méndez Barreneche. Tampoco lo atendieron. Luego a la clínica Cehoca. Mismo resultado. Ninguno asumió la emergencia.
Mientras el reloj avanzaba, Samuel se apagaba. La mujer, desesperada, rogaba por ayuda, imploraba una camilla, un médico, un diagnóstico. Nada pasaba. La respuesta era siempre la misma: “Espere”, “no hay cupo”, “debe ser remitido”.
Finalmente, lo trasladaron a la Clínica La Milagrosa. Cuando por fin un médico se acercó, solo pudo confirmar lo que la madre temía desde hacía minutos eternos: el niño llegó sin signos vitales.
Ella no encuentra explicación. No la hay. “Mi hijo venía vivo… vivo”, gritaba. “Yo lo escuché quejarse, yo vi cómo empeoraba. ¿Cómo es posible que nadie lo atendiera?”
La indignación crece entre quienes presenciaron la escena. Los vecinos que acompañaron a la mujer aseguran que el niño pasó por cuatro centros asistenciales sin que ninguno activara una atención urgente. Un recorrido que, según los testimonios, se convirtió en una condena.
Ahora, mientras Samuel es recordado por quienes lo vieron crecer en el barrio, su madre exige respuestas:
¿Quién responde por la vida de un niño de 11 años?
¿Por qué ningún centro asumió su atención?
¿Por qué tuvo que llegar muerto para que alguien lo mirara?
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