El hombre durmió con el cuerpo sin vida y escapó antes del amanecer y ahora es buscado con operativos reforzados en todo el municipio.

Ana Alejandra Ricardo Calderón, de 37 años, fue encontrada en una escena estremecedora: yacía sin vida sobre la cama donde dormía, con múltiples heridas en su cuerpo causadas por un hacha. El ataque ocurrió dentro de la vivienda que compartía con sus dos hijos, en el barrio Tierra Grata, en Tocaima, Cundinamarca. Según la investigación preliminar, su pareja, Edgar Cantor, de 56 años, habría aprovechado que ella descansaba para atacarla sin darle opción de defenderse.

Vecinos aseguran que era Cantor, quien se marchó en una Yamaha negra de placas VZD-24F minutos después del crimen. Habitantes del sector comentan que lo vieron huir con evidente nerviosismo, tomando rumbo hacia las vías principales antes de que amaneciera.

Cantor, ornamentador de oficio, sostenía con Ana Alejandra una relación deteriorada desde hacía tiempo. Las discusiones eran frecuentes, los celos desbordados y, aunque en el pasado se habían separado, hace pocas semanas decidieron volver a convivir, un regreso que no trajo calma sino nuevas tensiones, según relatan allegados.

La noticia se propagó rápidamente por el barrio y generó una profunda tristeza. Vecinos y conocidos organizaron una marcha para rechazar el feminicidio, exigir justicia y arropar a los dos hijos de la víctima, quienes quedaron sin su madre de forma brutal.

La Administración municipal también se pronunció. El alcalde Hernán Herrera y la gestora social difundieron un mensaje en el que expresaron: “Expresamos nuestro más sentido mensaje de condolencias a los familiares… reiteramos nuestro llamado a la unión, el respeto y la construcción de una sociedad libre de violencia”.

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El CTI realizó la inspección en la casa y recolectó evidencias clave para esclarecer los hechos. Paralelamente, la Policía y la Administración municipal reforzaron los controles en las entradas y salidas de Tocaima, con el objetivo de ubicar a Cantor y avanzar en su captura y judicialización.