
Los rostros políticos que también ganaron y celebraron con la llegada de Margarita Guerra a la Gobernación del Magdalena
La victoria de Margarita Guerra no fue solo un triunfo del caicedismo. Detrás del resultado hubo una constelación de apoyos, acuerdos y alianzas inesperadas que, sumadas, construyeron una maquinaria territorial capaz de arrasar en 23 municipios y dejar a Rafael Noya sin margen de pelea. Viejos opositores, barones electorales regionales y caciques locales terminaron vistiendo de naranja para empujar a una candidata que, con 188.722 votos, consolidó al grupo de Carlos Caicedo como el proyecto político dominante del departamento.
El dato grueso fue evidente desde el primer boletín: Margarita Guerra tomó ventaja y nunca la soltó. La diferencia de 64.431 votos frente a Rafael Noya dejó claro que el caicedismo, lejos de estar debilitado, mantiene su capacidad de operación en el territorio gracias a su propio caudal electoral y las fuerzas que antes lo adversaban.
La explicación no está solo en Fuerza Ciudadana. Está en los aliados que aparecieron —unos en silencio, otros celebrando en tarima— para empujar la maquinaria en zonas donde, actualmente. el naranja no llegaba con tanta fuerza.
Plato: el reino de Linda Cabarcas y Ricardo Díaz-Granados
El municipio de Plato, donde Guerra arrasó con 14.027 votos, dejando a Noya reducido a 1.369. Tuvo sus protagonistas entre ellos: Linda Cabarcas, diputada, y su esposo Ricardo Díaz-Granados, líderes del Nuevo Liberalismo. Ambos —antes distantes del proyecto de Caicedo— le entregaron su estructura a Margarita.

La alianza no solo movió votos. Fue la confirmación de que el caicedismo dejó de ser un proyecto aislado y se convirtió en el espacio político donde varias casas encontraron techo.
Ciénaga: Tete Samper pasó de opositor a celebrante con caravana
La sorpresa más ruidosa vino desde Ciénaga. El alcalde Luis Tete Samper, quien en su momento impulsó un pacto de alcaldes para frenar al caicedismo, terminó moviéndole su gente a la candidata naranja.
Aunque Noya ganó el municipio por un margen estrecho (16.292 vs. 13.754), los votos de Guerra allí fueron determinantes para el consolidado departamental. Tete no lo escondió: organizó caravana, celebró y dejó claro que su nombre tendrá espacio en el nuevo gobierno. Nada mal para quien hace apenas meses era uno de los opositores más firmes de Carlos Caicedo.

Kelyn González y Rodrigo Roncallo: del comunicado al resultado
Otro apoyo que dejó huella vino de la representante Kelyn González y su esposo, Rodrigo Roncallo. Desde el centro del departamento hasta la ribera del río, su estructura territorial se sintió. Ellos pusieron votos donde el caicedismo tenía dudas, y los números lo confirmaron: municipios donde antes la naranja competía ahora quedaron pintados del color del triunfo.

Yohan Pinedo: el opositor que terminó bailando de felicidad
El diputado Yohan Pinedo, acompañado de su esposa Elizabeth Molina, fue una de las imágenes más simbólicas de la noche electoral. De ser uno de los opositores más duros del caicedismo pasó a aparecer en un video bailando, celebrando y oficializando que ahora también viste de naranja.
Su estructura movió votos en varios municipios del norte y centro, consolidando la ventaja de Guerra sobre Noya.
Holmes Echeverría: la fuerza en Zona Bananera
El senador Holmes Echeverría, junto a su esposa Clareth Olaya, hizo sentir su peso en la Zona Bananera, donde la votación fue una paliza: 8.273 votos para Guerra contra 3.601 de Noya.
Pero no solo fue allí: otros municipios donde Echeverría tiene ascendencia también respondieron con fuerza, aportando al mapa naranja que terminó imponiéndose en 23 de los 30 municipios del departamento.
La casa Aarón: del anti-caicedismo al acuerdo ganador
Otro giro inesperado llegó desde la casa Aarón. Claudia Patricia Aarón y su hijo César Pacheco —la ex diputada, contradictora del proyecto de Caicedo— también terminó integrándose al engranaje que impulsó a Guerra. Su operación política completó un rompecabezas que dejó sin espacio a la campaña de Noya.

El mapa final: 23 municipios naranjas
El resultado fue contundente:
Ganó Margarita Guerra en 23 municipios:
Algarrobo, Aracataca, Ariguaní, Chivolo, Concordia, El Banco, El Piñón, El Retén, Fundación, Guamal, Pedraza, Pivijay, Plato, Sabanas de San Ángel, Salamina, San Sebastián, San Zenón, Santa Ana, Santa Bárbara de Pinto, Sitionuevo, Tenerife, Zapayán y Zona Bananera.
Noya solo pudo quedarse con 7: Santa Marta, Ciénaga, Puebloviejo, Cerro de San Antonio, Nueva Granada, Pijiño del Carmen y Remolino.
El mensaje político que dejó esta elección
Más allá del resultado, quedó una lectura clara: Carlos Caicedo sigue mandando en el Magdalena. Ni en su momento más frágil — sin burocracia en Santa Marta, divisiones internas y desgaste de gobierno— sus adversarios pudieron derrotarlo.
Por el contrario, logró atraer a quienes antes lo enfrentaban. Lo que antes era una pelea entre caicedistas y anti-caicedistas, hoy es un acuerdo amplio donde el naranja se convirtió en la plataforma ganadora.
Ahora vienen las elecciones al Congreso. Y lo que se vio el 23 de noviembre deja claro que las alianzas no fueron solo para esta contienda: ya se están cocinando compromisos, cuotas y repartos que definirán la Cámara y el Senado del 2026.
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