La mataron caminando: francotirador dispara contra la esposa de un subteniente


La mujer de 25 años, fue asesinada por un disparo tipo francotirador cuando caminaba con su esposo, el subteniente Hamilton Ruiz Bolívar, y dos policías en pleno casco urbano de Chiscas, Boyacá. Minutos después, el Batallón de Alta Montaña de El Espino fue hostigado en la misma zona. Las autoridades investigan si los ataques están conectados.

Liliana Cruz Buitrago no alcanzó a recorrer media cuadra desde el local donde había cenado con su esposo y dos policías. La joven, oriunda de Ramiriquí, caminaba junto al subteniente Hamilton Ruiz Bolívar por una calle cercana al parque principal de Chiscas cuando, de repente, un disparo silencioso generó el caos.

El proyectil, disparado desde la distancia con precisión de francotirador, la impactó directamente en la cabeza. No hubo tiempo para nada. Liliana cayó en plena vía mientras los policías que los acompañaban entraban en pánico.

Los agentes salieron corriendo a pedir ayuda. Una patrulla llegó a toda velocidad para trasladar a la mujer, pero la urgencia terminó sumando otro episodio dramático. En medio de la carrera por salvarla, el conductor —al parecer el mismo comandante— perdió el control del vehículo y la patrulla terminó volcada fuera de la vía.

A pesar del accidente, los policías salieron ilesos y lograron continuar con el traslado. Liliana llegó al puesto de salud de Chiscas, pero la gravedad del impacto no le dio ninguna oportunidad. Falleció poco después de ingresar.

Su cuerpo fue enviado a Medicina Legal en Tunja para los análisis forenses que permitan establecer el tipo de munición, la distancia y la posible ubicación del tirador.

Casi al mismo tiempo, un hostigamiento militar encendió las alarmas

Mientras el pueblo aún intentaba entender por qué una mujer había sido asesinada a pocos metros del parque principal, otro hecho ocurría a una hora del casco urbano. En la vereda Santa Ana, hombres armados hostigaron al Batallón de Alta Montaña de El Espino.

El ataque comenzó con un dron y continuó con ráfagas de fusil. No hubo heridos ni daños de consideración, pero el mensaje quedó claro: el norte de Boyacá estaba bajo presión.

La cercanía temporal y geográfica de los hechos encendió las alarmas de las autoridades. No descartan que el asesinato de Liliana y el hostigamiento en Santa Ana tengan relación. Ambos ocurrieron en un corredor de movilidad utilizado por estructuras armadas que vienen siendo presionadas por operaciones militares recientes.

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El comandante de la Primera Brigada, coronel Eddy Raúl Cardona Restrepo, confirmó que un equipo especializado asumió el caso. Señaló que los ataques podrían ser una retaliación directa contra la Fuerza Pública.


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