
Joven madre murió cubriendo con su cuerpo a su hija durante ataque armado en Cauca
En pleno hostigamiento con explosivos en Suárez, Cauca, una joven madre ecuatoriana murió al cubrir con su cuerpo a su hija de dos años. Cuatro civiles heridos. Su familia en Ecuador pide ayuda para repatriar el cuerpo.
La explosión la sorprendió atendiendo su pequeño local. El estruendo fue tan repentino que a los comerciantes ni siquiera les dio tiempo de mirar hacia dónde correr. En cuestión de segundos, la rutina de una mañana cualquiera en Suárez, Cauca, se convirtió en una escena de guerra. Allí, en medio de ese caos, Jenifer Camila Hinojosa, una ecuatoriana de 24 años, tomó la decisión que le costaría la vida y que salvaría la de su hija: usó su propio cuerpo como escudo humano.
A pocos metros de la estación de Policía, Jenifer organizaba productos, despachaba pedidos y vigilaba a su pequeña, que permanecía junto a ella. Nada anunciaba el ataque que estaba por caer del cielo. El 19 de noviembre avanzaba normal hasta que el primer estallido sacudió toda la cuadra, seguido de otro y otro más.
Según el reporte oficial, un dron lanzó varios explosivos contra la estación. La onda expansiva arrasó los locales cercanos y proyectó fragmentos en todas direcciones. “Los agarró sin tiempo de correr”, contaron los vecinos.
Entre el humo, los gritos y la gente corriendo, Jenifer actuó por instinto: abrazó a su hija y la cubrió, intentando protegerla de los fragmentos. Uno de los artefactos explotó a pocos metros. El impacto fue brutal.
Cuando por fin los vecinos pudieron acercarse, la joven ya no tenía signos vitales. Su hija, milagrosamente, estaba viva.
El cuerpo de la joven madre quedó en medio del local que había sido su sustento y el de su familia ecuatoriana, un grupo de parientes que trabaja en varios negocios de la zona.
“Llevan años aquí ganándose la vida. Y mire cómo la mataron”, lamentó un comerciante.
Otras cuatro personas heridas dejó el ataque.
“No tenemos nada que ver en esta confrontación, y aun así somos los que ponemos los muertos”, dijo otro habitante.
En redes sociales, el acto de Jenifer se convirtió en símbolo de amor y sacrificio. “No existe amor más grande ni sacrificio más puro”, escribió una mujer en un mensaje viral.
El alcalde César Cerón también alzó la voz:
“Estamos cansados, esto se salió de las manos. Pedimos al Gobierno que intervenga antes de que haya más inocentes muertos”.
Mientras avanzan las investigaciones, la familia de Jenifer en Ecuador pide apoyo para repatriar el cuerpo y despedirla en su tierra natal. Allí la esperan su madre y varios hermanos, que aún no creen que la joven que emigró buscando oportunidades terminó convertida en una de las víctimas más dolorosas de un conflicto que no era suyo.
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