‘Papi, por favor despierta’: madre implora entre gritos tras la muerte de su hijo de 10 años arrollado en la Troncal


El menor perdió la vida este jueves en la vereda La Revuelta, cerca al Parque Tayrona, tras ser embestido por un vehículo que iba a alta velocidad. La escena de su madre implorando por ayuda estremeció a todos. Un día antes, otra menor de 15 años murió en circunstancias similares en la misma carretera.

El dolor de una madre quedó grabado este jueves en la Troncal del Caribe. Su hijo, un niño de 10 años, murió arrollado en cuestión de segundos, y ella llegó corriendo al lugar para enfrentarse a la escena que ninguna mujer debería vivir jamás: su pequeño tendido en el asfalto, sin vida, mientras aún parecía tibio en sus brazos.

Ocurrió al mediodía, en la vereda La Revuelta, cerca al Parque Tayrona. El menor intentaba cruzar la vía cuando un vehículo particular, que según testigos iba a alta velocidad, lo impactó sin darle oportunidad de nada. El golpe fue fulminante.

Cuando la madre llegó, ya no había nada que hacer… pero nadie se atrevía a decírselo

Lo primero que se escuchó fue su grito:
—“¡Una ambulancia, una ambulancia, ayúdenme!”

Se lanzó al piso, abrazó el cuerpo de su hijo como si pudiera devolverlo a la vida solo con tocarlo. Era un abrazo desesperado, de esos que parten el alma. La gente alrededor guardó silencio. Nadie movía un dedo. Nadie sabía cómo decirle que su hijo ya no respiraba.

—“Hijo, tú no me puedes dejar… hijo, papi, por favor despierta”— repetía, rompiéndose una y otra vez.

Intentaba moverlo, sacudirlo, traerlo de vuelta. Le pedía que abriera los ojos, que no la dejara sola. Era un dolor crudo, desnudo, sin consuelo posible. Un dolor que paralizó a todos los que estaban ahí.

Segundo menor que muere en menos de 24 horas

Mientras ella vivía ese infierno, otro dato agravaba aún más la tragedia: no era el único menor muerto en esta carretera en menos de 24 horas.

El miércoles, en otro punto de la Troncal, una adolescente de 15 años que acababa de salir de un sepelio también fue arrollada por un bus. Murió horas después. Dos familias diferentes, dos tramos distintos, pero un mismo escenario de muerte.
La Troncal del Caribe, una vía que debería conectar al Magdalena, se convirtió en dos días consecutivos en un corredor de tragedias infantiles.

Pero ninguna imagen fue tan fuerte como la de esa madre arrodillada, aferrada al cuerpo de su hijo, negándose a soltarlo, tratando de entender en qué segundo la vida se le rompió para siempre.
Un niño de 10 años murió. Una mamá quedó destrozada. Y un departamento entero quedó otra vez preguntándose cuántas vidas más se van a perder en esta carretera antes de que algo cambie.


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