
«No eran niños, eran combatientes”: la respuesta del Ministro de Defensa tras el bombardeo en Guaviare
El funcionario nacional justificó la muerte de adolescentes en una operación militar contra disidencias en Guaviare, asegurando que todos —sin excepción— cumplían funciones armadas dentro del grupo ilegal.
Pedro Sánchez no titubeó. Frente a las críticas por la muerte de varios menores en el bombardeo contra una estructura de las disidencias en Guaviare, el ministro de Defensa fue tajante: “Lo relevante no es cuántos años tienen, sino qué funciones desempeñan”.
Con esa frase, que ya provoca un terremoto político en Bogotá, justificó que los menores fallecidos no fueran tratados como víctimas sino como combatientes.
El operativo, que dejó 20 muertos, desató una tormenta en el Congreso apenas Medicina Legal confirmó la presencia de siete adolescentes entre los cuerpos. Pero para Sánchez, la discusión está mal planteada. Según su versión, en el campamento no había civiles. Los análisis previos —dijo— mostraban que todos los ocupantes hacían parte del aparato militar de alias Iván Mordisco y actuaban bajo órdenes directas. “Participaban de manera continua en acciones operacionales”, insistió.
Para el ministro, las edades no cambian la naturaleza del objetivo. Desde su despacho, respondió a quienes piden su renuncia y a los congresistas que lideran una moción de censura: “No eran niños jugando en la selva; eran integrantes activos de una estructura criminal armada”. Su posición es que el reclutamiento forzado, por doloroso que sea, no convierte a los menores en civiles cuando ya están integrados a la cadena de mando del grupo.
El argumento de Sánchez se cimenta en un punto que repite una y otra vez: la prioridad de la operación era proteger a los soldados jóvenes desplegados en un sector cercano, quienes —según él— estaban en desventaja táctica y podían ser emboscados si la columna armada seguía avanzando. Por eso, asegura, el bombardeo era la única alternativa viable y proporcional.
Las críticas no se hicieron esperar. La defensora del Pueblo, Iris Marín, recordó públicamente que los menores reclutados siguen siendo víctimas, incluso cuando portan armas. Pero Sánchez no se movió. Respondió que los protocolos se cumplieron y que la inteligencia militar confirmaba que el grupo era un “objetivo legítimo”.
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