Maikel Alfonso Araujo Ramírez, de 27 años, caminaba por una vereda de Puebloviejo cuando dos hombres en moto lo sorprendieron a tiros. La comunidad intentó salvarlo, pero murió en el hospital.

Maikel Araujo, un joven venezolano que buscaba estabilidad en el departamento Magdalena, caminaba por la vereda El Triunfo, en San Juan de Palos Prieto, como lo hacía casi todos los días. No había señales de peligro ni advertencias previas. A las 4:00 de la tarde, la zona estaba tranquila, con vecinos sentados en sus patios y el calor pegando fuerte.

El ataque: dos hombres en moto y una ráfaga súbita

Testigos relataron que una motocicleta se acercó por detrás de la víctima. Sin mediar palabra, el parrillero sacó un arma y disparó repetidamente. Maikel cayó al suelo sin poder reaccionar. Los atacantes huyeron a toda velocidad por la trocha, sin dejar pistas claras.

La carrera desesperada para salvarle la vida

Los vecinos salieron al escuchar las detonaciones. Algunos lo encontraron aún consciente, con dificultad para respirar. Sin ambulancia cercana ni tiempo que perder, improvisaron un traslado: lo subieron a una moto y aceleraron por caminos estrechos y destapados hacia el hospital San Cristóbal de Ciénaga.

El esfuerzo no fue suficiente. Maikel ingresó en urgencias, pero las heridas eran demasiado graves. El personal médico confirmó su muerte minutos después.

Una familia migrante vuelve a quedar a la deriva

Araujo Ramírez había llegado a la región con la esperanza de trabajar y enviar dinero a su familia. Ahora, sus allegados enfrentan un duelo inesperado y la incertidumbre de un crimen que los dejó sin respuestas.

Lea aquí: Por no pagar ‘vacuna’ en la construcción de un parque, mataron a un arquitecto en Magdalena

La Policía avanza en la recolección de testimonios y revisa posibles móviles: desde disputas locales hasta retaliaciones. Aún no hay capturados. El caso es uno más en la lista de hechos violentos que golpean a la comunidad migrante asentada en los municipios del Magdalena.