El Consejo Nacional Electoral mantuvo en firme la candidatura de Miguel Martínez Olano para las elecciones atípicas del 23 de noviembre. La decisión desató una oleada de celebraciones en su campaña, que se ha movido sin grandes despliegues, pero con un crecimiento inesperado en la calle y en redes.

La noticia se conoció en la tarde del 14 de noviembre: el Consejo Nacional Electoral negó la solicitud de revocatoria de la inscripción de Miguel ‘El Mono’ Martínez, candidato del Partido ADA a la Gobernación del Magdalena. La resolución despejó cualquier duda jurídica y lo dejó habilitadísimo para competir en las elecciones atípicas del próximo 23 de noviembre.

“El triunfo es nuestro. Dios bendiga al Magdalena”, declaró Martínez apenas supo del fallo. Una frase corta, dicha sin altavoces ni tarimas, pero cargada del impulso que él mismo siente en estos días. Porque su campaña, criticada por austera y por moverse sin los clásicos despliegues millonarios, ha terminado convirtiéndose en un fenómeno inesperado: apoyos espontáneos, abrazos de desconocidos, personas que han pagado de su bolsillo vallas, pasacalles y publicidad que él nunca pidió.

A diferencia de otros candidatos, El Mono no ha hecho grandes reuniones ni caravanas multitudinarias. Su estrategia —o su destino, como él la llama— ha sido caminar el departamento, escuchar agravios, denunciar irregularidades y repetir que el Magdalena merece un cambio “sin depender de maquinarias”. Y ese relato, repetido de pueblo en pueblo, le ha sumado una ola creciente de mensajes en redes sociales que lo han sorprendido incluso a él.

Martínez asegura que esa conexión —intuitiva, emocional y no estructurada— será suficiente para dar “la gran sorpresa de este debate electoral”. 

Con el aval en la mano, el fallo a su favor y la fe como bandera, el candidato confía en que el voto voluntario, el que no aparece en planillas, será su verdadero capital político para intentar convertirse en el próximo gobernador del Magdalena.