El hecho ocurrió en la clínica Cehoca de Santa Marta. Testigos grabaron el momento en que un joven agredió a su mamá. La Policía se lo llevó, pero horas después fue liberado porque ella no quiso denunciarlo.

En plena sala de espera de la clínica Cehoca, un joven golpeó con el puño a su madre ante la mirada de pacientes, trabajadores y acompañantes que no daban crédito a lo que veían.

De inmediato, el personal del centro médico pidió ayuda y la Policía llegó para intervenir. Los uniformados retuvieron al agresor, lo separaron de la víctima y lo confrontaron con firmeza: “La mamá se respeta”, le dijeron frente a todos.

La mujer, entre lágrimas y con el rostro marcado por el dolor, apenas pudo sostenerse. No entendía cómo su propio hijo había sido capaz de agredirla. Lloraba impotente mientras los agentes lo subían a la patrulla.

Pero lo que parecía el inicio de un proceso judicial terminó en otra escena: la madre se negó a denunciarlo. Pidió que lo dejaran libre. Dijo que lo perdonaba.

Horas después, el joven fue liberado tras la verificación del procedimiento policial. La agresión quedó registrada en videos grabados por testigos.

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Las autoridades lamentaron el hecho y recordaron que sin denuncia formal no hay sanción posible. Un episodio más que refleja la dura realidad de la violencia intrafamiliar en Santa Marta, donde muchas madres, por miedo o amor, prefieren callar antes que ver preso a su hijo.