La víctima, Devy Marín Abello, regresaba del trabajo cuando fue embestido junto a otros motociclistas. La conductora responsable huyó del sitio y es buscada por las autoridades.

Devy Marín Abello salió el domingo de su casa con la esperanza de un buen día de trabajo. Se despidió de su esposa y sus tres hijos con la misma rutina de siempre, sin imaginar que sería la última vez que los vería.

Como todos los días, se dirigió a El Rodadero, donde laboraba. En los últimos días, le había dicho a su familia que las cosas iban bien, que la temporada de visitantes nacionales e internacionales le estaba dejando mejores ingresos. Antes de emprender el regreso, llamó a casa: “Ya voy, guárdenme la comida”, alcanzó a decir.

Pero nunca llegó. En su ruta habitual hacia el Centro, cuando atravesaba el cerro Ziruma, un vehículo de alta gama lo embistió violentamente junto a otras dos motocicletas. La escena fue caótica: cuerpos tendidos y partes de motos regadas por la vía.

Las primeras versiones indican que quien conducía el carro era una mujer. Nadie entiende aún qué ocurrió exactamente: exceso de velocidad, alcohol, imprudencia o pérdida de control. Lo cierto es que la maniobra terminó en desastre. Por lo menos cuatro personas resultaron heridas, entre ellas Devy. Todos fueron trasladados a una clínica, pero él no resistió. Murió poco después por la gravedad de las lesiones.

En su casa, su esposa recibió la llamada más dura que puede recibir una mujer: su marido, el mismo que hacía poco le dijo que ya iba en camino, estaba grave. Corrió a la clínica, pero al llegar le informaron que Devy ya había muerto.

Mientras tanto, la conductora huyó del lugar sin auxiliar a las víctimas. La Policía revisa cámaras de seguridad del sector para identificarla y responder ante la justicia.

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A la tragedia se sumó otro hecho indignante: la moto en la que viajaba Devy fue desvalijada en el mismo sitio del accidente. Entre el dolor, la rabia y la impotencia, su familia exige que no haya impunidad.

Los otros tres heridos permanecen en recuperación. Devy Marín Abello, un hombre trabajador, padre de familia, perdió la vida cumpliendo con su deber diario, en una vía donde la imprudencia y la falta de control ya se han cobrado demasiadas vidas.