En Cartagena se entregó el segundo implicado en el asesinato de estudiante de Los Andes


El segundo sospechoso se presentó ante la Fiscalía. Su entrega podría aclarar las circunstancias del ataque ocurrido en la madrugada de Halloween.

Diez días después del crimen de Jaime Esteban Moreno, se entregó Ricardo González, oriundo de Cartagena y señalado como el segundo participante en la agresión fatal.

El hombre se presentó voluntariamente ante la Fiscalía en Cartagena, acompañado de su abogada y dos familiares. Su entrega, confirmada este lunes, podría resultar clave para reconstruir minuto a minuto lo ocurrido aquella madrugada.

El hecho que conmocionó a la capital del país se registró la noche de Halloween, el pasado 31 de octubre, a pocos metros de la discoteca Before Club, en la zona de Chapinero. Moreno, de 19 años, había asistido al lugar para celebrar con amigos cuando, al salir del establecimiento, fue atacado a golpes por dos hombres. Las cámaras de seguridad captaron la escena y permitieron la captura en flagrancia de Juan Carlos Suárez Ortiz, quien ya fue imputado por homicidio agravado.

Durante esos registros, los investigadores identificaron a un segundo agresor que vestía un disfraz de conejo con orejas negras, quien logró escapar del sitio. Las autoridades confirmaron más tarde que se trataba de González, un joven que había prestado servicio militar en el Batallón de las Américas y que, tras dejar las filas, trabajó como vigilante y vendedor ambulante en San Victorino, en el centro de Bogotá.

Las autoridades establecieron que, al día siguiente del ataque, el 1 de noviembre, Ricardo González fue captado por cámaras de seguridad en el sector de San Victorino. En las imágenes se le observa llegando a su puesto de perros calientes hacia las 9:38 de la mañana, con la misma ropa que llevaba la noche del crimen y heridas visibles en los brazos, evidencia del violento enfrentamiento ocurrido horas antes.

Testigos que hablaron con los investigadores contaron que González comentó haber tenido “una pelea fuerte”, sin sospechar que la víctima había perdido la vida.

“Él llegó tranquilo, como cualquier otro día, sin saber lo que había pasado”, relató una de las personas que conversó con él.

Poco después del mediodía, el joven abandonó abruptamente el lugar tras recibir una llamada, según los vecinos, en la que un familiar le pedía que viajara “a trabajar con ellos”. Desde entonces no se supo más de su paradero, hasta su aparición este lunes en Cartagena.

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La Fiscalía evalúa ahora la información aportada por González y definirá si su entrega voluntaria le permitirá acceder a beneficios judiciales. Mientras tanto, el caso sigue generando indignación entre los familiares, amigos y estudiantes de la Universidad de los Andes, que piden una condena ejemplar para los responsables del asesinato que truncó la vida de un joven que apenas comenzaba a construir su futuro.


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