El repudio de la gente y la recompensa de 50 millones de pesos, la más alta en la historia del país por un caso de maltrato animal, llevaron a Fernando Oviedo a entregarse a las autoridades en Yarumal.

La indignación nacional tuvo efecto. Después de días de repudio y una presión ciudadana fuerte, Fernando Oviedo, el hombre señalado de matar a golpes a un perro, decidió entregarse voluntariamente a las autoridades.

Aunque el hecho ocurrió en el municipio de Sonsón, en el oriente de Antioquia, Oviedo se presentó ante las autoridades y reportaron la entrega en Yarumal, en el norte del mismo departamento, donde había huido tras propinarle la muerte al animal.

El caso, que estremeció al país entero, fue grabado en video por testigos que presenciaron la agresión. Las imágenes, difundidas en redes sociales, mostraban cómo un perro indefenso era atacado sin piedad por comerse una carne. En cuestión de horas, la grabación se volvió viral y la identidad del agresor fue revelada por los mismos usuarios que exigían justicia.

El rechazo colectivo no tardó en llegar. Miles de personas se unieron para exigir que el responsable pagara por lo ocurrido. En Medellín, Bogotá, Cali y otras ciudades del país, activistas y ciudadanos manifestaron su repudio.

La indignación fue tal que el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, anunció una millonaria recompensa de 50 millones de pesos para quien entregara información que permitiera dar con el responsable. Una cifra inédita en Colombia, nunca antes ofrecida por un caso de maltrato animal.

La presión fue tan fuerte que el propio Oviedo decidió presentarse ante la Fiscalía. “La entrega se produjo de manera voluntaria, tras la difusión de su identidad y la movilización ciudadana”, confirmó la Policía Nacional en un comunicado.

Organizaciones defensoras de los derechos animales coincidieron en que este caso marca un antes y un después en la manera como la sociedad colombiana responde ante el maltrato.

“Por primera vez, una recompensa tan alta nos dice que la vida de los animales también importa”, expresó una vocera de la Fundación Defensa Animal Colombia, que acompaña el proceso judicial.

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Mientras la Fiscalía avanza en la judicialización del agresor, la conversación pública se centra ahora en la necesidad de endurecer las penas y educar en empatía hacia los animales.