El menor de seis años cayó desde un edificio del conjunto Bosa La Libertad, en el sur de Bogotá, cuando intentaba ver a su padre que había salido a comprarle un perro caliente. El impacto fue amortiguado por un antejardín. Las autoridades investigan posible negligencia.

Salió un momento a comprarle un perro caliente a su hijo, pero cuando volvió, encontró el edificio rodeado de vecinos y ambulancias. Su niño de seis años había caído del tercer piso.

El hecho ocurrió en el conjunto residencial Bosa La Libertad, al sur de Bogotá. De acuerdo con el reporte preliminar, el padre dejó al menor dormido en el apartamento mientras bajaba a la calle. En pocos minutos, el pequeño despertó, no vio a su papá y, en medio de la búsqueda, se asomó por la ventana. En un descuido, perdió el equilibrio y cayó al vacío.

El golpe pudo ser mortal, pero un antejardín amortiguó la caída y evitó que la historia terminara en tragedia. “Fue un milagro. Todos pensamos lo peor, pero el niño estaba consciente y llorando”, contó un vecino que fue de los primeros en auxiliarlo.

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El menor fue trasladado de inmediato a un centro asistencial, donde los médicos confirmaron que se encuentra fuera de peligro y permanece bajo observación.
El teniente Luis Pardo, oficial de guarnición de la Policía Metropolitana, explicó que “el impacto se redujo por la vegetación del antejardín, lo que evitó lesiones graves”.

Las autoridades investigan si hubo negligencia por parte del padre, quien podría enfrentar sanciones por haber dejado solo al menor, aunque su intención solo fuera comprarle algo de comer.

La Policía reiteró el llamado a los padres para no dejar a los niños sin supervisión, ni siquiera por unos minutos, y a reforzar las medidas de seguridad en ventanas y balcones. En este caso, la suerte —o el milagro— impidió que una salida de pocos minutos terminara en una tragedia irreversible.