Un nuevo hecho de violencia sacude al Cauca y deja cinco personas muertas en medio de un ataque armado ocurrido en zona urbana de Corinto. Las autoridades investigan lo ocurrido.

El terror volvió a Corinto (Cauca) la noche del lunes 3 de noviembre, cuando varios hombres armados irrumpieron en la cantina El Cantinazo y dispararon sin piedad contra los asistentes. El ataque dejó cinco personas muertas y varios heridos.

Hasta minutos antes del ataque, todo transcurría con normalidad. En el pequeño local del centro del municipio se escuchaba música, risas y el bullicio propio de una noche de descanso. Los clientes, en su mayoría vecinos y amigos, compartían tragos y conversaciones, sin imaginar que en cuestión de segundos la alegría se convertiría en horror.

Nadie imaginaba que, pasadas las 10 de la noche, la calma se rompería de forma brutal cuando hombres armados irrumpieron en el lugar y comenzaron a disparar indiscriminadamente, sembrando el pánico entre los asistentes.

Tras los disparos, el caos se apoderó del lugar. Gritos, llantos y el sonido de las botellas rotas llenaron el ambiente. Algunos intentaron refugiarse debajo de las mesas o huir por la puerta trasera, mientras otros, en shock, buscaban a sus seres queridos entre el humo y el desconcierto. Vecinos corrieron hacia la cantina al escuchar las detonaciones, encontrándose con una escena desgarradora: cuerpos tendidos, heridos clamando ayuda y una comunidad entera sumida en el miedo.

Entre las víctimas se encuentran dos mujeres, dos hombres y un menor de edad, identificados como Yoselín Mosquera, Paula Andrea Ríos, Gustavo Conda Campo y Omar Guachetá.

Varias personas más resultaron heridas en medio del ataque y fueron trasladadas de urgencia a un hospital de la zona. Debido a la gravedad de las lesiones, algunos de los heridos tuvieron que ser remitidos a centros asistenciales en Cali, donde permanecen bajo fallecieron.

La tragedia ocurrió en un municipio golpeado por la violencia y el accionar de grupos armados ilegales. En la zona hacen presencia los frentes Dagoberto Ramos y Yair Bermúdez, del autodenominado Estado Mayor Central, que se disputan el control territorial en el norte del Cauca.

Aunque las autoridades aún no han confirmado los móviles ni los responsables, no se descarta la participación de la estructura Dagoberto Ramos, una de las disidencias más activas de las FARC en la región.

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Las autoridades locales permanecen en máxima alerta, mientras la comunidad, consternada, exige justicia y teme que esta nueva masacre sea el preludio de una escalada de violencia que no da tregua en el Cauca.