No es nueva: Alcaldía aclara que fotomulta en Bastidas fue trasladada desde otro punto


El traslado de una cámara de fotodetección a la entrada del barrio Bastidas desató el rechazo de conductores y motociclistas que aseguran que estas medidas solo benefician a privados. La Alcaldía negó que se trate de nuevas instalaciones y aseguró que buscan reducir la alta siniestralidad en la zona.

La instalación de un nuevo punto de fotodetección en la entrada del barrio Bastidas encendió los ánimos entre conductores, transportadores y motociclistas en Santa Marta. Lo que parecía una simple reubicación técnica terminó convirtiéndose en el centro de una tormenta de inconformidad ciudadana que amenaza con convertirse en un paro de transporte.

En redes sociales y grupos de conductores, las quejas no tardaron en multiplicarse. Muchos aseguran que estas cámaras solo sirven para “llenar los bolsillos de privados” y no para mejorar la seguridad vial. En las calles, la molestia se respira: bocinas, pancartas improvisadas y comentarios de indignación acompañan el debate.

Ante el creciente descontento, la Alcaldía de Santa Marta, a través de la Secretaría de Movilidad, salió al paso para aclarar la situación. En un comunicado oficial, el secretario Fidel Castro Tapias explicó que no se trata de nuevas cámaras, sino del traslado de un punto ya existente, atendiendo recomendaciones de la Agencia Nacional de Seguridad Vial debido a la alta siniestralidad registrada en el sector de Bastidas.

“El punto que estaba ubicado en la Avenida del Libertador con carrera 19 fue trasladado a la entrada del barrio Bastidas, una zona con alto riesgo de accidentes. Aún no está operando y solo cuenta con señalización preventiva”, precisó el funcionario.

Castro Tapias también recordó que el punto de fotodetección de la Bomba Zuca sigue en fase pedagógica, es decir, sin aplicar sanciones, como parte de una estrategia para fortalecer la cultura vial en la ciudad.

“El objetivo de estos equipos no es sancionar, sino salvar vidas. Buscamos generar conciencia en los conductores para reducir la accidentalidad”, enfatizó el secretario.

Sin embargo, el mensaje no ha calmado del todo la inconformidad. Los gremios de transporte insisten en que estos dispositivos se han convertido en un mecanismo de recaudo más que en una herramienta de prevención. Por eso, ya se preparan para una jornada de paro en rechazo a lo que consideran una “persecución vial”.

Mientras la Alcaldía defiende su estrategia como una medida necesaria para proteger la vida, la ciudadanía sigue dividida entre quienes ven en las cámaras una oportunidad para ordenar el tránsito y quienes sienten que son una trampa tecnológica al servicio de intereses particulares.

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El debate, lejos de apagarse, apenas comienza.


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