
José Alfredo Oviedo, otro magdalenense que murió como carne de cañón en la guerra de Ucrania
El difícilero viajó en agosto a Ucrania atraído por una oferta económica que prometía estabilidad para su familia. Dos meses después, cayó en combate. Su cuerpo sigue lejos y su familia llora en El Difícil, esperando repatriarlo.
José Alfredo Oviedo Vega salió de El Difícil, Magdalena, con una ilusión sencilla pero poderosa: darle una vida mejor a su familia. Tenía 32 años, una esposa, hijos pequeños y una fe inmensa en que el sacrificio valía la pena. En agosto de 2025 tomó la decisión que marcaría su destino: alistarse en las filas del ejército ucraniano, como parte del contingente de combatientes extranjeros que buscan en la guerra una salida económica.
Desde Ucrania, las promesas eran claras: pagos mensuales entre 3.000 y 4.000 dólares, alojamiento, y la posibilidad de enviar dinero a casa. Era una propuesta tentadora para un hombre sin empleo estable, con deudas y con la presión de ser el sustento del hogar. Pero detrás de esa oferta, lo que encontró fue el horror de una guerra ajena, misiones suicidas y el sonido constante de los bombardeos.
Una muerte en un frente lejano
El 6 de octubre, apenas dos meses después de haber pisado suelo ucraniano, José Alfredo murió durante un enfrentamiento con tropas rusas. Su unidad fue emboscada durante un patrullaje militar y varios de sus compañeros también perdieron la vida.
Durante quince días, su familia no supo nada. El silencio fue total. Solo el pasado 21 de octubre recibieron la notificación oficial: José Alfredo había caído en combate. La noticia cayó como una bomba en El Difícil, su pueblo natal, donde la tristeza y la rabia se mezclaron con la impotencia.
“José partió buscando una oportunidad para mejorar su vida y la de los suyos, pero la guerra le arrebató todo”, contó uno de sus amigos más cercanos.
Era un hombre querido, trabajador, que solía ayudar a los suyos y soñaba con montar un pequeño negocio cuando regresara. Hoy, su foto circula entre vecinos y familiares que no pueden creer que haya muerto en una guerra que no era la suya.
Su madre, destrozada, apenas puede hablar. Su esposa, pide apoyo al Gobierno Nacional y a la embajada de Colombia en Ucrania para repatriar el cuerpo y darle sepultura en su tierra. Hasta ahora, no han recibido respuestas concretas.
Magdalenenses en una guerra ajena
El caso de José Alfredo no es aislado. En los últimos meses, se ha conocido de varios colombianos —entre ellos magdalenenses— que han perdido la vida en el frente ucraniano, enrolados en un conflicto que no entienden del todo, pero que los sedujo con la promesa de dólares y una vida mejor.
José Alfredo Oviedo se convirtió en otro nombre de esa lista que crece en silencio, una víctima más de la desesperación y la guerra. Desde El Difícil, su familia solo pide algo: que el cuerpo de su hijo regrese a casa.
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