El golpe fue brutal: un taxi y una buseta le arrebataron la vida a otro joven en Santa Marta


Emerson Alberto Montoya perdió la vida tras ser arrollado por una buseta y luego impactado por un taxi en una vía de Santa Marta. Su familia asegura que era un joven responsable y prudente al conducir. Las autoridades investigan las causas del siniestro.

Era de noche cuando Emerson Alberto Montoya salió de su casa en el barrio donde vivía con sus padres. Tenía 22 años y, según sus familiares, apenas comenzaba su vida laboral. Era un muchacho tranquilo, prudente en la moto, querido por todos.
Horas después, una llamada destrozó a todos: le decían a su familia que Emerson había sufrido un grave accidente y estaba siendo atendido en una clínica. “No lo podíamos creer, él no era un muchacho loco, no corría, no estaba tomado ni nada”, relató un familiar con la voz quebrada.

El accidente que le arrebató la vida

De acuerdo con los primeros reportes, Emerson conducía su motocicleta cuando fue tropezado por una buseta. El golpe lo hizo perder el control y caer hacia el otro carril, donde un taxi que venía de frente lo impactó con fuerza.
El choque fue brutal. Testigos grabaron videos que muestran la gravedad del accidente: Emerson quedó tendido en el suelo, con heridas visibles y el rostro desfigurado. Fue trasladado de urgencia a la clínica Gestión Salud, donde los médicos hicieron todo por salvarle la vida. Pero minutos después, la noticia que nadie quería escuchar se confirmó: el joven había muerto.

En la clínica, el llanto de sus familiares rompía el silencio del pasillo. Nadie entendía cómo un muchacho que siempre fue cuidadoso y responsable podía haber terminado así. “Era noble, trabajador, tenía sueños por cumplir”, dijo uno de sus allegados.
El cuerpo de Emerson fue trasladado a la morgue mientras las autoridades de tránsito abren la investigación para determinar responsabilidades.

El caso de Emerson se suma a la larga lista de muertes por accidentes de tránsito que enlutan a familias samarias cada semana. En lo que va del año, decenas de jóvenes han perdido la vida en las calles por imprudencia, exceso de velocidad o falta de control en las vías.
Aunque las autoridades insisten en campañas de prevención y respeto a las normas, los números siguen creciendo, dejando detrás rostros, nombres e historias que se apagan demasiado pronto.


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