La Policía Metropolitana sorprendió en flagrancia a un presunto integrante de las Autodefensas Conquistadores de la Sierra (ACS) que se movilizaba en taxi con un arma de fuego, municiones y un radio de comunicación. El hombre habría usado este medio de transporte para pasar inadvertido ante las autoridades.

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Los uniformados de la Policía Metropolitana no esperaban encontrar lo que hallaron aquel día durante un operativo rutinario de registro y control en las calles de Santa Marta. Dentro de un taxi amarillo, un conductor viajaba tranquilo, pero al revisarlo, los agentes descubrieron que escondía algo más que la apariencia de un ciudadano común: portaba un arma de fuego, municiones y un radio de comunicación.

El hombre, cuya identidad no ha sido revelada por razones judiciales, fue capturado de inmediato. De acuerdo con las investigaciones preliminares, se trataría de un miembro activo de las Autodefensas Conquistadores de la Sierra (ACS), estructura delincuencial que mantiene presencia en sectores urbanos y rurales del Magdalena.

Según la Policía, el presunto integrante habría encontrado en este vehículo de servicio público una estrategia para despistar a las autoridades. Movilizándose en este carro, transitaba con facilidad por diferentes zonas de la ciudad sin levantar sospechas, mientras coordinaba o ejecutaba actividades delictivas.

El coronel Jaime Hernán Ríos Puerto, comandante de la Policía Metropolitana de Santa Marta, aseguró que este golpe forma parte de las acciones que buscan frenar el accionar de los grupos armados que operan bajo fachadas urbanas.

“Con estas acciones ratificamos nuestro compromiso con la seguridad, trabajando de manera constante para garantizar espacios seguros, fortalecer la confianza ciudadana y preservar la tranquilidad en la ciudad de Santa Marta”, expresó el oficial.

El capturado fue puesto a disposición de la autoridad competente junto con los elementos incautados. Un juez de control de garantías definirá en las próximas horas su situación judicial.

Mientras tanto, la investigación continúa para establecer si el hombre hacía parte de una red encargada de transportar armas o de ejecutar órdenes dentro de la estructura criminal.

En Santa Marta, el taxi que parecía un medio de transporte cualquiera terminó siendo el refugio de un hombre que usó la cotidianidad como camuflaje. Esta vez, sin embargo, su ruta terminó en manos de la justicia.