Lo que debía ser un día de descanso en familia se convirtió en una tragedia. Tres personas, entre ellas un niño de 11 años, murieron y siete más resultaron heridas en un brutal choque entre un carro particular y un microbús en la vía La Lizama – San Alberto.

La madrugada del martes 14 de octubre, una familia de Rionegro salió con la ilusión de disfrutar un paseo. Horas después, tres de sus miembros estaban muertos.
El Chevrolet Aveo en el que viajaban José Darisnel Hernández, su sobrino Didier Agámez Hernández, de 11 años, y Saida Milena Castillo Osorio terminó destrozado tras un choque frontal con un microbús de la empresa Cotaxi, en el sector 20 de Julio, jurisdicción del municipio de Rionegro.

El impacto fue devastador. José y el pequeño Didier perdieron la vida de inmediato, mientras que Saida Milena fue trasladada en estado crítico al hospital de San Alberto (Cesar), donde falleció poco después debido a la gravedad de sus heridas.

Siete heridos y una comunidad consternada

El accidente también dejó siete personas heridas, entre ellas varios pasajeros del microbús, que fueron auxiliados por organismos de socorro y trasladados a centros asistenciales cercanos. La magnitud del choque obligó a cerrar temporalmente la vía mientras se realizaban las labores de rescate y remoción de los vehículos.

Las autoridades de tránsito investigan las causas exactas del siniestro. No se descarta que el exceso de velocidad o una invasión de carril estén detrás de la tragedia. “Todo indica que uno de los vehículos perdió el control en una curva”, dijo un agente de la Policía de Carreteras.
En cuestión de horas, las redes sociales se llenaron de mensajes de dolor. José Darisnel era conocido por su trabajo y su carácter servicial; Saida Milena, por su alegría y cariño familiar; y el pequeño Didier, por ser un niño risueño y entusiasta.
La escuela del pequeño Didier suspendió clases para rendirle homenaje. “Era un niño noble, lleno de vida. No merecía partir así”, dijo entre lágrimas una de sus profesoras.

Las causas del accidente aún se investigan, pero lo cierto es que el saldo es irreversible: tres vidas truncadas en cuestión de segundos. Tres familias que quedaron vacías. Tres historias que no volverán a escribirse.