
17 horas a la deriva: la odisea del hombre que sobrevivió al mar en Santa Marta
Lo que comenzó como una celebración en la playa de Pozos Colorados terminó convertido en una odisea de supervivencia. Un hombre fue arrastrado por las olas y pasó toda la noche en el mar hasta que unos pescadores lo hallaron con vida al día siguiente, a más de 18 millas de la costa.
La noche del 7 de octubre comenzó con música y alegría en la playa de Pozos Colorados, en Santa Marta. Un grupo de amigos celebraba un cumpleaños frente al mar cuando, cerca de las ocho de la noche, uno de los asistentes decidió darse un último baño antes de irse. Minutos después, desapareció entre las olas.
El mar estaba en calma aparente, pero dice que una corriente lo arrastró sin que pudiera reaccionar. Trató de nadar hacia la orilla, pero cada intento lo alejaba más.
“Cuando quise regresar ya no veía las luces de la playa”, contó después. Lo invadió el pánico, pero siguió moviendo los brazos porque detenerse era hundirse.
A lo lejos, sus amigos no se dieron cuenta de lo que ocurría. Creyeron que había salido del agua o que se había ido caminando. Mientras tanto, él luchaba contra la oscuridad, el frío y el cansancio.
Las horas pasaban lentas. En algún momento perdió la noción del tiempo y solo pensaba en mantenerse a flote.
Durante la madrugada, el mar se volvió su única compañía. No tenía salvavidas ni nada a qué aferrarse. “Pensé que no vería el amanecer, pero algo me decía que no podía rendirme”, relató con voz débil tras su rescate.
Con la llegada del sol, el agotamiento era total. Llevaba más de diez horas a la deriva, sin agua ni comida. Su piel empezaba a quemarse y los músculos apenas respondían. El horizonte era una línea infinita sin señales de tierra.
Pasado el mediodía del 8 de octubre, un grupo de pescadores divisó algo flotando a unas 18 millas de la costa. Al principio creyeron que era un tronco, hasta que notaron un leve movimiento. Cuando se acercaron, descubrieron que era un hombre exhausto, deshidratado y al borde del colapso.
Lo subieron a la lancha y le dieron agua. Apenas podía hablar. Uno de los pescadores le dijo que se encontraba en una zona donde suelen aparecer tiburones, lo que hizo aún más impactante su rescate.
Al llegar a tierra, fue trasladado a un centro asistencial donde recibió atención médica. Tenía quemaduras por el sol, los labios partidos y los ojos hinchados, pero estaba vivo. Había pasado 17 horas en el mar.
Las autoridades destacaron que se trató de un caso excepcional de supervivencia y recordaron los riesgos de ingresar al agua de noche o sin supervisión.
Hoy, el hombre se recupera y asegura que no olvida ni un segundo de aquella noche interminable. “Cada vez que cierro los ojos, escucho el sonido del mar. Pero también recuerdo que seguí nadando porque quería volver”.
PAUTE
AQUÍ
420 px x 450 px
INFO AQUÍ
