Las causas detrás del crimen de alias ‘Camilo’: el ajuste de cuentas que desató pánico en Santa Marta


Los investigadores confirmaron que el hombre asesinado en la Avenida del Río era un cabecilla financiero del Clan del Golfo en el nordeste antioqueño, quien habría llegado a Santa Marta bajo órdenes de alias ‘5-7’.

Esta semana la Avenida del Río volvió a ser escenario del miedo. Un Toyota Corolla, terminó estrellado contra un andén luego de que su conductor, identificado como Daniel Alejandro Zapata, fuera atacado a tiros por dos hombres en motocicleta. En medio del tiroteo, un mototaxista y su parrillera resultaron heridos, víctimas colaterales de una guerra que parece no tener fin en Santa Marta.

Zapata, conocido en el mundo criminal con los alias de ‘Camilo’ y ‘Javier’, murió dentro del vehículo tras recibir múltiples disparos. Su pareja sentimental, que viajaba con él, resultó ilesa y huyó del sitio minutos después del ataque.

El caso, que en un primer momento fue percibido como un homicidio más en la ola de violencia que golpea la ciudad, terminó revelando una historia mucho más compleja.

Un cabecilla oculto a simple vista

Fuentes de inteligencia confirmaron que la víctima no era un ciudadano común. Daniel Zapata era, presuntamente, cabecilla financiero del Clan del Golfo en el nordeste antioqueño, donde operaba en municipios como Segovia y Remedios. Allí habría controlado la extorsión a mineros y comerciantes, acumulando poder y enemigos.

Según las autoridades, se trasladó a Santa Marta bajo órdenes de alias “5-7”, un viejo conocido en las estructuras del Golfo y uno de los hombres con más influencia criminal en la región Caribe. Su llegada al Magdalena no fue casual: la zona se convirtió en terreno clave para el lavado de dinero, la recaudación de extorsiones y el tráfico de droga.

La guerra por el control financiero

El asesinato de alias Camilo o Javier habría sido un ajuste de cuentas o represalia ordenada por la estructura rival, las Autodefensas Conquistadores de la Sierra (ACS), que han venido disputando el control territorial. 
Según una fuente judicial consultada, la víctima habría sido señalada de apropiarse de recursosdestinados al pago de hombres armados o de favorecer a una facción contraria en la disputa.

“Se trató de un golpe planificado, ejecutado con precisión y dirigido a eliminar a una persona que manejaba dineros dentro de la estructura”, señaló la fuente. “Este tipo de asesinatos envía un mensaje interno y reafirma quién tiene el control financiero del corredor Caribe”.

En las últimas semanas, las autoridades han detectado movimientos de figuras delictivas provenientes de Antioquia, Santander, Córdoba y Sucre, que buscan refugio en Santa Marta aprovechando la fachada turística y el bajo perfil que pueden mantener entre visitantes y residentes.

Santa Marta: una ciudad bajo fuego

El crimen de alias Paisa elevó a 137 la cifra de homicidios en lo que va del año. Una estadística que, más allá de los números, refleja la presencia de una guerra soterrada entre estructuras que ven en la ciudad un punto estratégico.
Mientras la vida cotidiana sigue su curso entre playas y turistas, el crimen organizado libra sus propias batallas a plena luz del día, sin importar los transeúntes, las familias ni el caos que dejan a su paso.

“No es un caso aislado, es la muestra de que el crimen organizado está enraizado en Santa Marta”, afirmó un investigador del caso. 


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