
Defensa civil advierte que turista que murió en Taganga buceaba en zona para profesionales
Autoridades investigan si fallas humanas, técnicas o de salud causaron la muerte de la docente caucana Judy Milena Agredo Idárraga durante una inmersión recreativa en La Aguja.
La muerte de Judy Milena Agredo Idárraga, docente de 43 años oriunda del Cauca, ha golpeado duramente a Santa Marta y en especial al sector turístico. La mujer falleció en plena semana de vacaciones mientras participaba en un curso recreativo de buceo en el sector de La Aguja, un punto del Parque Tayrona que, según expertos, suele ser frecuentado solo por buzos experimentados.
El hecho se registró durante una inmersión guiada por la empresa Barracuda Dive Center Taganga. Según versiones preliminares, la actividad inició sin inconvenientes y bajo la supervisión de un instructor certificado. Sin embargo, en medio del recorrido submarino, la docente comenzó a presentar dificultades respiratorias y no logró emerger a tiempo. Pese a la rápida intervención del instructor, que la sacó a la superficie y la trasladó a un centro médico, los esfuerzos médicos fueron infructuosos. La causa oficial de su muerte fue reportada como “inmersión”.
Lo que dice la Defensa Civil
Karlotz Omaña, director de la Defensa Civil en el Magdalena, explicó que el accidente se produjo en una zona que normalmente no se utiliza para prácticas básicas.
“La Aguja es un lugar destinado para buzos profesionales, con corrientes fuertes y condiciones que exigen un alto nivel de experiencia. Me parece muy extraño que allí se haya presentado un hecho de esta naturaleza con una aprendiz”, señaló el funcionario.
Omaña también descartó factores climáticos como causa del siniestro: “El clima era óptimo para realizar la actividad, sin lluvias ni marejadas. Por eso considero fundamental revisar el nivel de capacitación de la víctima y confirmar si contaba con certificación de buzo o si apenas estaba en proceso de formación”.
Las autoridades investigan si el fallecimiento fue producto de un error humano, una falla técnica en los equipos o un problema de salud previo. El instructor que acompañaba a la víctima fue presentado en indagación, mientras se verifica si la empresa cumplía con los protocolos exigidos por ley.
Lina Rico, representante del sector de buceo en Santa Marta, lamentó lo sucedido y recordó que, aunque se trata de una actividad de riesgo, la accidentalidad es mínima cuando se cumplen los estándares.
“Todos los profesionales seguimos normas muy rigurosas porque sabemos que el buceo implica riesgos controlados. Los casos fatales son excepcionales gracias a la disciplina y la preparación constante”, aseguró.
La tragedia dejó en luto a la comunidad educativa del Colegio Sagrado Corazón de Jesús – Salesianas, en Popayán, donde laboraba Judy Milena. En un comunicado, la institución expresó su dolor y se unió en oración por el descanso de la docente, recordada por sus colegas y estudiantes como una mujer dedicada y alegre.
Mientras la investigación avanza, los peritos revisan los equipos usados durante la inmersión para determinar si contaban con certificaciones vigentes y funcionaban correctamente. Los resultados serán determinantes para establecer si se trató de un accidente inevitable o si hubo negligencia.
Desde la Defensa Civil, Omaña hizo un llamado a la prudencia y la prevención: “Es clave verificar siempre las condiciones meteorológicas, abstenerse de realizar estas actividades bajo efectos de alcohol o drogas, y asegurarse de que las embarcaciones y equipos estén en buen estado técnico”.
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El cuerpo de Judy Milena Agredo Idárraga fue trasladado a su tierra natal, donde familiares, compañeros y alumnos la despedirán con el mismo afecto con el que la recuerdan: una maestra que soñó con conocer el mar… sin imaginar que allí encontraría su final.
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