Llovió plomo en la vía a Minca: mataron a exconvicto alias placa E y a otro ciudadano


Jean Carlos Zúñiga Sevilla, conocido en el mundo criminal como placa E, fue ultimado por sicarios en moto tras recuperar su libertad. Estuvo preso por un homicidio en 2021 y en su regreso a las calles se ganaba la vida como mototaxista.

La muerte le alcanzó en el mismo terreno donde intentaba rehacer su vida. Jean Carlos Zúñiga Sevilla, alias placa E, fue asesinado este sábado a la 1:00 de la tarde en la vía que comunica a Santa Marta con el corregimiento de Minca, en el barrio El Yucal.

Los sicarios llegaron en moto y lo sorprendieron mientras estaba parqueado. Zúñiga intentó escapar corriendo, pero recibió dos disparos en la espalda. Fue trasladado a un centro asistencial, donde los médicos confirmaron lo que ya parecía inevitable: el hombre no logró sobrevivir.

Un pasado que lo perseguía 

Zúñiga no era un desconocido para las autoridades. Su nombre estaba ligado al crimen de Antony Enrique Chávez Rincón, ocurrido en enero de 2021 en el barrio Villa Betel. Por ese homicidio fue capturado y procesado. Tras haber recuperado la libertad por vencimientos de términos hacía pocos meses y se dedicaba al mototaxismo, intentando, según decían algunos vecinos, “quedarse tranquilo”. Pero la sombra de su pasado lo perseguía.

Alias placa E era conocido en el mundo del hampa y su historial hacía prever que podría convertirse en objetivo de un ajuste de cuentas. Su asesinato no solo devuelve a la memoria un prontuario marcado por la violencia, sino que deja en evidencia la fragilidad de la seguridad en Santa Marta, donde los sicarios se mueven sin obstáculos en las calles.

Otro crimen 

Horas antes de este crimen, otro ataque armado ya había sembrado el miedo en la misma vía a Minca. A las 11:10 de la mañana, en la panadería La Equidad, un hombre fue asesinado de varios disparos mientras hacía compras. Dos hechos, dos víctimas y una misma modalidad: pistoleros en moto que ejecutan y desaparecen.

La Policía Metropolitana investiga si ambos ataques están conectados. Mientras tanto, en los barrios de Santa Marta el mensaje es claro: la violencia no da tregua y ni siquiera quienes intentan dejar atrás el pasado logran escapar de las cuentas pendientes.


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