Un grupo de siete delincuentes, fuertemente armados y disfrazados de guardias de seguridad, intentó robar las bóvedas de la empresa Brinks en el Banco de la República. La operación fue neutralizada por la Policía en una acción de alto riesgo que evitó un atraco histórico en la ciudad.

Lo que pudo convertirse en el golpe delincuencial más grande de los últimos años en Santa Marta terminó desmoronándose en cuestión de minutos. Una banda profesional de asaltantes puso en marcha un plan milimétrico para llevarse una fortuna de las bóvedas de la empresa de valores Brinks, ubicadas en las instalaciones del Banco de la República en el centro histórico.

El operativo de los criminales había comenzado con aparente éxito. Varios de ellos, vestidos como guardas de seguridad, lograron entrar a las instalaciones sin levantar sospechas. Afuera, otros cómplices aguardaban para ejecutar la huida con tulas de dinero. Las armas que portaban y la toma de rehenes aumentaban la tensión dentro del edificio.

Frustraron el robo 

Sin embargo, la rápida reacción de la Policía permitió frustrar la acción delincuencial. Con información precisa, los uniformados rodearon la zona de la calle 13 con carrera primera, cerraron las vías de escape y en una acción calculada irrumpieron en el lugar. En medio de la tensión, lograron reducir a los delincuentes sin disparar una sola bala.

El saldo fue contundente: siete capturados, varias armas decomisadas y la inmovilización de un vehículo de la empresa Brinks que la banda utilizaba para dar apariencia de legalidad y que fue ubicado en el barrio El Jardín.

Las autoridades calificaron la operación como “impecable” y destacaron que la acción policial evitó una catástrofe financiera y social en la capital del Magdalena. “Se frustró lo que hubiera sido un robo histórico en la ciudad”, aseguraron voceros oficiales tras el procedimiento.