Las familias de Anderson David, Aly David y Kevin David Burgos Rodríguez vivieron días de angustia sin saber nada de ellos. El martes, la incertidumbre terminó con la peor noticia: los tres aparecieron sin vida, con señales de violencia, en trochas de Zona Bananera y Ciénaga. Las autoridades investigan la posible acción de grupos armados.

El drama que durante días vivieron tres familias de Ciénaga llegó a un desenlace doloroso. Anderson David, Aly David y Kevin David Burgos Rodríguez habían desaparecido en circunstancias confusas, y sus parientes recorrían estaciones de Policía, hospitales y veredas tratando de obtener una respuesta. La esperanza de hallarlos con vida se extinguió este martes, cuando sus cuerpos fueron encontrados en trochas y zonas rurales del Magdalena.

El primero en aparecer fue Anderson David, hallado en la Troncal de Oriente, a la altura de Loma de Picachu, jurisdicción de Zona Bananera. Horas más tarde, cerca de la quebrada La Aguja, fueron encontrados los cadáveres de Aly David y Kevin David, quienes yacían juntos, a pocos metros de distancia.

La escena generó conmoción entre los habitantes de la región. Los cuerpos, según reportes iniciales, presentaban signos de violencia y habrían permanecido varios días sin ser hallados, lo que aumentó la consternación de familiares y vecinos.

“Estábamos desesperados, no teníamos noticias de ellos. Ahora nos entregan esta tragedia”, expresó entre lágrimas un allegado.

El levantamiento de los cadáveres estuvo a cargo del CTI de la Fiscalía, que recogió elementos probatorios para avanzar en la investigación. Aunque los resultados forenses serán determinantes, las autoridades no descartan que los jóvenes hayan sido torturados antes de morir. Una de las hipótesis que más fuerza cobra apunta a la posible participación de grupos armados al margen de la ley, cuya presencia en esa zona del Magdalena se ha intensificado.

El triple hallazgo encendió las alarmas en Ciénaga y municipios vecinos, donde la población teme que los jóvenes siguen cayendo en esta lucha narco que se mantiene desatada en el norte de Magdalena. Mientras tanto, las familias de Anderson, Aly y Kevin David velan a sus hijos en medio de la indignación y el dolor, exigiendo justicia y verdad.

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El caso se suma a la lista de hechos violentos que golpean a la región, dejando una certeza amarga: la vida de los jóvenes sigue estando en riesgo en territorios donde el miedo se mezcla con la impunidad.