
Tala masiva en Inca Inca: denuncian explotación del cerro para proyectos privados con fines turísticos
El Dadsa confirmó la denuncia ciudadana sobre la destrucción de árboles en el cerro y abrió una investigación para dar con los responsables, en medio de sospechas de que detrás estaría el interés de privados en levantar cabañas y negocios turísticos.
El cerro Inca Inca, uno de los pulmones emblemáticos de Santa Marta, volvió está en la lupa de las autoridades por un crimen ecológico que allí se ejecuta.
Lo que comenzó como una denuncia ciudadana terminó confirmado por funcionarios del Departamento Administrativo de Sostenibilidad Ambiental (Dadsa): en el lugar se constató una tala masiva de árboles que ya genera una afectación severa en la zona.
Los técnicos que llegaron al sitio encontraron claros visibles en el bosque, montículos de troncos recién cortados y rastros de intervención irregular en sectores de especial valor ecológico.
La magnitud del daño encendió las alarmas de la autoridad ambiental, que de inmediato anunció la apertura de una investigación para establecer quién o quiénes están detrás de estas podas indiscriminadas.
La sospecha sobre proyectos turísticos
Aunque la investigación apenas comienza, líderes comunitarios y ambientalistas no dudan en señalar un posible interés económico detrás de la devastación. Según denuncian, privados estarían adelantando la tala con la intención de abrir espacio para proyectos turísticos como cabañas y complejos de hospedaje, aprovechando la ubicación privilegiada del cerro, muy cercano a los balnearios que hoy viven un auge en Santa Marta.
“Esto no es casualidad. Cada árbol tumbado responde a una intención clara de urbanizar el cerro y convertirlo en negocio. La naturaleza no puede ser la víctima del turismo descontrolado”, aseguró un líder ambiental de la zona.
Mano dura prometida
El Dadsa fue tajante al advertir que aplicará las sanciones administrativas y judiciales que correspondan. “La tala ilegal no solo es un delito, es una amenaza directa contra el patrimonio natural de Santa Marta. No habrá tolerancia frente a quienes destruyan los cerros para sacar provecho económico”, señaló la entidad en su pronunciamiento.
La autoridad también anunció un seguimiento técnico permanente en Inca Inca para medir el alcance del daño, establecer las medidas de restauración y garantizar que no se sigan presentando intervenciones ilegales.
Una herida que compromete el futuro
El cerro Inca Inca cumple un papel clave como pulmón verde, regulador climático y hábitat de especies nativas. Su destrucción no solo impacta la biodiversidad, sino que también compromete la sostenibilidad de una ciudad que ya enfrenta retos por la falta de agua, el aumento de temperaturas y la presión urbanística sobre sus ecosistemas.
“Cada hectárea deforestada es un retroceso en la lucha contra el cambio climático. Santa Marta no puede darse el lujo de perder sus cerros en nombre del turismo o del negocio privado”, advirtió un ambientalista local.
Llamado a la comunidad
El Dadsa reiteró la importancia de la denuncia ciudadana, que fue la que permitió descubrir el daño en Inca Inca. La entidad invitó a los samarios a mantenerse vigilantes y reportar cualquier actividad irregular, recordando que la defensa de los cerros no solo es tarea de las autoridades, sino también de la comunidad.
Lea también Santa Marta se une y propone plan urgente para recuperar la confianza en sus playas
Por ahora, la investigación busca dar con los responsables. Mientras tanto, Inca Inca queda con una herida abierta que refleja el dilema entre desarrollo económico y protección ambiental en una ciudad que, aunque vive del turismo, no puede seguir creciendo a costa de destruir la naturaleza que la hace única.
PAUTE
AQUÍ
420 px x 450 px
INFO AQUÍ